Día 4.- llamada de alerta.

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Desperté en casa como cada día, con la excepción de que mis padres se encontraban alarmados, por alguna razón nos pidieron casi a gritos que subiéramos al auto sin darnos ninguna explicación, de camino al supermercado y con la radio encendida se transmitía una nueva alerta, se solicitaba a los individuos de ciertas zonas que tomaran provisiones necesarias y se encerraran en sus casas, llamaran e informaran de su situación a familiares y que por nada del mundo abriesen las puertas a desconocidos, que de ser necesario cubriesen las ventanas y cualquier otro acceso a la casa que no fuese la entrada principal.

Nosotros seguíamos sin entender lo que estaba sucediendo, como pudo un día normal convertirse en un manicomio de gente corriendo por el supermercado con carritos repletos a tope de comida enlatada y otras provisiones, recuerdo personas peleando por botellas de agua y comida, nosotros nos apresuramos a llenar nuestros carritos para pagar y regresar a casa, ya que esta se encontraba en la zona principal de riesgo.

Ya en casa nos apresuramos a asegurar puertas y ventanas con lo que encontrásemos útil y guardar los víveres en cajas en el ático, mama nos pidió empacar un poco de ropa en caso de que fuese necesario pasar la noche en el ático, mientras tanto pasamos el resto del día atentos al noticiero en espera de algún otro anuncio mientras solo se reportaban los ataques generales y la euforia de las personas en las calles.

La infección -El comienzo del fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora