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❝ peculiares maullidos de amor. ❞ parte única.
ten era un gato negro demasiado peculiar para considerarlo gato. no le agradaba el hecho de hacer o actuar basándose en el comportamiento de otros gatos: le desagradaba enormemente la comida en lata; no le veía gracia a el cazar, no le interesaban ni los insectos ni los ratones, le maullaba a otros gatos para que se encargaran de eso; no le gustaba salir a pasear, prefería sentarse a mirar a las personas ir y venir por la ventana. claro que existían otras razones para creer que ten era un gato negro demasiado peculiar, pero, sólo una es la importante y era que, ten ama con sus siete vidas a su dueño.
algunos pensaran, »eso es completamente normal, es una mascota, después de todo«, pero, se podría asegurar que el amor que siente ten por su dueño es casi igual al que tiene un artista por su más grande inspiración, ah, suspiraría, que amor tan puro y real, que entrega y no pide nada a cambio.
ten recuerda perfectamente el día que conoció a su dueño, bueno, en realidad el día en que su dueño lo encontró, era una noche oscura como su pelaje y fría como el invierno, caían grandes y fuertes gotas de agua, ¡ah!, cómo detestaba el agua, en ese entonces, era pequeño y no tenía nombre ni lugar a donde ir y lo único que encontró para cubrirse de la tormenta fue una caja vieja de cartón. temblaba y maullaba, pensaba que se moriría de frío, hasta que en un momento, sintió como unas grandes manos lo envolvían y una voz profunda lo tranquilizaba. así fue cómo conoció a john.
el minino adora contar la historia, aunque los otros gatos lo mandaran a callar, ellos no soportaban escuchar sus maullidos con tantos sentimientos humanos y era irritante que ten se la pasara alegando el suceso al increíble destino. "¡ten, para ya! estás tan alegre, feliz y despreciable." y quizá lo estaba, pero, ¿era una abominación creer que él estaba destinado a conocerlo?, sí, ten era un gatito muy ingenuo y romántico porque él creía que la conexión que tenía con john iba más allá de la casualidad, estaba escrito en sus vidas.
johnny y él se volvieron inseparables, el gato negro pasaba con su dueño todos los días normales, festejaban los especiales, y lo apoyaba en los peores. fue ten quien cuidó de johnny cuando se enfermó y también maulló de alegría cuando su dueño logró sus objetivos del momento. ten lo ama tanto como está seguro que él lo ama también.
pero no toda la vida era color de rosas, algo andaba mal y, ese algo tenía nombre y apellido:
chittaphon leechaiyapornkul.
al principio, ten no le había prestado atención, porque johnny tenía muchos amigos y amigas, como taeyong o yuta — la pareja siempre que visitaba a su dueño traían consigo leche o juguetes para él, razón por las que le caían bien.—, así que un nuevo amigo no era razón para preocuparse. el tal chittaphon no iba a menudo su hogar, pero cuando lo hacía, llegaba con alguna comida y se quedaba horas hablando con johnny, aveces veían películas, se sentaban juntos en el sofá, john con un brazo encima de los hombros de ten y este mismo con la cabeza recostada en el hombro de john y las mejillas de los dos humanos adquirían una tonalidad rojo pálido, pero eso a ten no le importaba mucho ya que adoraba las caricias que su dueño le daba — aún si sus ojos estuvieran concentrados en la pantalla del televisor. — y, antes de que la noche llegara, chittaphon —que por si fuera poco también era pelinegro. — , se despedía de johnny con un poco de tristeza, sentimiento que se esfumaba de sus ojos cuando el más alto le daba un beso en la mejilla.
