- Anto... ¿se puede saber que carajos hacías levantándole la remera al pibe? - Dijo Mel, cruzandose de brazos. Anto se puso un poquiiiiiiiiito colorada...
Unos minutos antes...
"Psssssst, psssssst. Antooooo"
"Uy Nacho, ¿qué queres?"
"Nada... ¿pasó algo?"
"Si, boludo, los bichos vienen a comernos a todos"
"Ah... Que lástima no poder despertarme... y escapdigo, ayudarlas..."
Anto suspiró mentalmente
"¿Qué queres?"
"Tengo un problemita..."
"Si ya se que tenes un problemita. Mejor dicho un problemota. ¿Qué queres?"
"Mepicalapanza" Le comunicó Nacho, todo junto.
"¿QUÉ? NO ENTENDÍ UNA MIERDA"
"QUE ME PICA LA PAAANZAAAA. ¿Me podes venir a rascar, porfis?"
"Decime que me jodes"
"No te jodo..."
"¿Posta? Sos un pelotudo..."
"..."
"Ahí voy..."
Back to el presente...
- Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeh... - Anto no articulaba palabra, con la mirada perdida en un punto por encima de las cabezas de todas.
- Bueno, como sea. - Dijo Agus, sentándose al lado del fuego, como una abuelita tierna rodeada de nietos malcriados.
Luli seguía en el rinconcito, mirando la escena. Oli se paró al lado de Mel y se pusieron a hablar de algo que parecía importante. Luli captó las palabras "unicornio" y "tanga" salir de la boca de Oli, a lo que Mel respondió con "queso suizo" y "porros de lechuga".
- ¿QUÉ CARAJO HACES CONIS GOMITAS, PELOTUDA? - Gritó Fiore, sacándole la bolsa llena de gomitas a Maca de las manos. Maca estiró la trompa, que temblaba y parecía a punto de llorar, cuando de pronto, un ruido a grasa cayendo y a metal rompiéndose las interrumpió.
- ESTO NO ESTÁ PASANDO. - Dijo Oli con indignación.
- Uy la puta madre, es el fin, ES EL FIN. NO QUIERO MORIR, SE SUPONE QUE DURO HASTA EL TERCER LIBRO. - Flor se estaba desesperando.
- Bueno chiks, calmense primero. - Dijo Tini. - La única forma de que no nos coman vivos, es matandolos o desconectandolos. Yo se que todas tienen la re paja, pero vamos a tener que luchar.
Tini armó un equipo con Sofu, Luli, Mel, Valen, Fiore y Tati, que agarraron los caños afilados, y, Mel en especial procurando ponerse lejos de Fiore por lo del incidente del Tutti Frutti, salieron a la carga. Los bichos las superaban en número. Eran más horribles de ver de día que de noche, con esa piel de babosa gorda llena de pelo y basura, y con ese aura de sarnosidad. Luli tuvo que contener las ganas de vomitar.
- QUE PUTO ASCO, LOCO - Gritó Tini.
- Bueno, al carajo todo.
- POR NARNIA - Gritó Valen.
- Que por Narnia ni por Narnia, pelotuda. - Mel le dio un correctivo, y, elevando su caño dijo: - POR LA HELADERA DE FIOREEEEEEEE.
Todas la imitaron con el palo y salieron corriendo con el grito "POR LA HELADERA DE FIOREEEEEEE" todavía resonando en sus mentes. Luli peleaba lado a lado con Sofu, quien daba la ligera sensación de querer matar a Luli más que al bicho feo. De la cabaña, Mela salió con dos bolsas de consorsio llenas de polietileno, y empezó a pegarles a los bichos como si fuerran bolsas de papa. Luli no tenía miedo. Sus ideas, generalmente muy malas, tenían el habito de funcionar. Para ella, era la mejor idea que tuvo jamás. Debía tocar al bicho así recuperaría sus recuerdos.