Komorebi

Campamento de verano

Estaba pensando en cuál sería el castigo ahora, ¿los betarían de todas las actividades de esa semana?, o quizás, ¿llamarían a sus padres para su pronto regreso a casa? Ya los habían castigado múltiples veces la semana pasada porque, aunque no faltaron a ninguna actividad, eran incapaces de realizar lo que les pedían sin hacer un desastre.

Tropezó con una rama, tambaleando, pero nadie reparó en él, sus cinco compañeros estaban muy ocupados encontrando un lugar seguro para sentarse y comer las golosinas que llevaban. Se habían saltado la subida a la colina diciendo que habían comido unas bayas de unos arbustos y que les dolía el estómago a morir. Pero lo único que a Hongbin le dolía en ese momento eran los pies de tanto caminar y el dolor en su pecho, por lo fuerte que le latía el corazón, prefería ignorarlo.

Llevaba tres semanas en el campamento de verano, sus padres no querían tenerlo en casa perdiendo el tiempo frente a la televisión, como acostumbraba hacer cada que tenía tiempo libre, así que lo habían mandado a perder el tiempo a un campamento lleno de hombres y mujeres adolescentes.

Desde el principio se había llevado muy bien con sus compañeros de cabaña, Hakyeon y Sanghyuk, y gracias al primero había conocido a los de la cabaña de enfrente, Wonsik, Taekwoon y Jaehwan.

Hakyeon iba al frente de todos, de la mano con Wonsik, jalándolo para que le siguiera el paso, atrás iban los demás, Sanghyuk, Taekwoon y Jaehwan, los tres viendo hacia todos lados, fascinados por la altura de los árboles. Hongbin iba balanceándose de lado a lado, hasta atrás, mirando atentamente la nuca de Sanghyuk, analizándola, buscando en ella una explicación a la calidez que sentía por el simple hecho de que él estuviera presente.

A veces le encantaba burlarse de los demás junto con él, pero otras veces le irritaba que su risa lo mandara a volar lejos, en una nube suave. No podía evitar ser débil con él, siempre había disfrutado de señalar los defectos de los demás y hacer comentarios sarcásticos sobre ellos, pero Sanghyuk era intocable.

Chocó con la espalda de quien estaba pensando, el corazón se le paralizó por un instante y luego comenzó a latir aceleradamente, se apartó y vio que todos habían frenado y que el cabecilla del grupo giraba hacia atrás para poder ver al grupo.

—Acabo de recordar que dicen que en este bosque hay una cabaña —dijo con el rostro iluminado—, donde una niña muerta se aparece.

Siempre había creído que Hakyeon era estúpido, pero no sabía que tanto como para sentirse emocionado por vivir experiencias paranormales con el riesgo de que algo malo les pasara.

Se quedaron en silencio, nadie más que Hakyeon sonreía con entusiasmo, los demás tenían expresión seria. Sanghyuk rió y Taekwoon se hundió de hombros después de un rato de silencio, al final no tenía caso negarse, no tenían nada mejor que hacer.

—Bien, hay que dividirnos —dijo aplaudiendo porque su idea fue aceptada—, Wonsik, eres mi equipo.

—Claro que no, solo quieren ir a hacer cosas sucias.

—¿Te importa? —preguntó el moreno alzando la ceja—. Entonces tú serás mi equipo, elige a quién le dejas tu novio.

—¡Que no es mi novio! —exclamó, molesto de que siguieran emparejándolo con Taekwoon—. Y no seré tu equipo, Hongbin será mi equipo.

—Definitivamente no, ya tengo equipo. —Lo dudó un segundo, sabía con quién quería hacer equipo, pero no podría soportar que lo rechazara.

Inhaló profundamente antes de tocar el hombro de Sanghyuk, quien seguía frente a él, dándole la espalda, y exhaló cuando éste asintió sin apartarse.

Recordó la vez que Hakyeon le había preguntado si él y Sanghyuk ya se conocían de antes, porque se veían muy cercanos. No se quedó tranquilo desde entonces, cada que estaba con Sanghyuk trataba de buscar cualquier gesto que le diera una respuesta, pero terminaba perdiéndose y la lógica lo abandonaba cuando lo tenía cerca. Pero era porque se llevaba muy bien con él, había sido como encontrar a su alma gemela, o a su mejor amigo.