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El silencio reinaba en la casa de los hermanos esqueleto, no había transcurrido mucho tiempo desde que el hermano menor había llegado a casa después de Fell. El reloj sonaba con cierto eco marcando las diez de la noche. Ambos se mantenían en el comedor, o bueno, lo que quedaba de esta.
Ya que en ocasiones anteriores y sobretodo en estado de ebriedad, era casi una costumbre pagarla con la mesa que tenía bastantes marcas de que fue arreglada incontables veces, y que estaba todavía viva por milagro del rey Asgore.
¿Qué? ¿Por qué simplemente no se compraban otra? Pues Papyrus no quería gastar su dinero mientras estuviera el sofá en buen estado. Obviamente Fell no tenía el dinero para comprar algo, pero en este caso...
—Bien, estoy esperando que me cuentes como te fue en tus primeros días de trabajo. Te has salvado de que no he estado en casa últimamente, te estoy dando la oportunidad si me estás ocultando algo más te vale decírmelo ahora. —interrumpió el interminable silencio el hermano mayor, con un tono de voz algo molesto. En su mente estaba apostando todas sus ganancias en que Fell había estropeado otra única oportunidad y que tenía que volver a buscar una nueva oferta de trabajo.
El del colmillo de oro se mantuvo en silencio por unos segundos para empezar a hablar.
—Estoy seguro de que estás pensando en que me han despedido, pero te equivocas. —lo señaló con su mano libre mientras que con la otra se llevó una papa frita con mostaza a la boca —Aún tengo el trabajo.
—Exacto, aún, espero que eso continué así. Ya te lo advertí desde el principio, no lidiaré con tus cuentas y mucho menos con la de Grillby's otra vez. —se levantó de la mesa al terminar su plato—Ya tienes que lidiar con tus responsabilidades. —finalizó saliendo de la cocina.
Fell dio un suspiro al escuchar la puerta del segundo piso cerrarse. Sacando de su bolsillo derecho su celular con las cuencas algo cerradas, mentiría si dijera que no estaba cansado.
Por otra parte aún estaba asimilando muchas cosas que habían pasado en tan poco tiempo, por supuesto, conocer a dos personas exactamente iguales a ti pero con diferente personalidad era algo que pasaba diario.
Decidió no darle más vueltas al asunto y apagar su teléfono, dio pasos muy flojos hacía el sofá de la sala y se recostó para dormirse.
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A las 5:46 am un muy adormilado Fell estaba al lado de la puerta de la tienda manteniéndose de pie, ni él mismo se creía que estuviera a tiempo para el trabajo un tercer día consecutivo.
Las calles se mantenían algo vacías por la hora, pero eso no quitaba que de vez en cuando alguna que alguien pasará por la cuadra. Pasaron unos pocos minutos para que sintiera una presencia al lado de él.
—Heh, lo siento sé que todavía es muy temprano para que yo... —habló jurando que se trataba del mayor de los hermanos encargados de la tienda. Lo que tenía de sueño desapareció al instante al darse cuenta de que era la chica del día anterior. Esta le sonrío mientras mantenía las manos en los bolsillos de su suéter.
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