Capitulo #3

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Me miraba con urgencia desde la cama, mientras yo peinaba mi cabello hacia un lado. Se acercaba la hora de la cena, y él ya se encontraba perfectamente vestido, perfumado y perfecto, desde varios minutos ya.
En una de sus manos tenia el sobre de invitación y lo movía con fastidio cada que le devolvía la mirada a través del espejo.
Le sonreí al tiempo que ponía los ojo en blanco y se tiraba en la cama con los brazos extendidos.

—Si estas cansado puedes quedarte, Keith. —me vuelvo a mirarlo al tiempo que veo como cierra los ojos y niega levemente.

—¿Y perderme de su deliciosa comida? No lo creo. —me mira, —Ese pastel de limón fue todo una experiencia.

Me acuesto junto a él en la cama y siento como se acurruca en mi cuello.
Tiene razón si el pastel fue hecho por la señora Clara, nos esperaba una deliciosa cena.

—Lo digo enserio. No es tan necesario que vayas conmigo hoy, podemos invitarlos a una comida luego. Necesitas dormir mas. De todas maneras aún no saben de ti. Te vez cansado y no me gusta, quiero verte bien, que estés bien, Keith. —acaricio su cabellera con lentitud.

—Debo ir para que sepan de mi, ¿No crees? Y de eso nada. Te veré hasta el lunes, Margot Katherina.

—Pero es que...

—Nada de protestas, en cambio, usa el perfume que se que te encanta y vamos a esa cena.

Sonrío con dulzura al tiempo que levanta su cabeza para verme con mayor claridad. Una de sus manos acaricia mi mejilla y su vista se apaga ligeramente. Lo observo, esperando otra acción, pero no llega nada.
Coloco una de mis manos en su pecho y él me sonríe a su vez.

Ese sentimiento de tristeza se contagia en mi. Odio verlo mal, él lo sabe y por eso no se esfuerza en ocultar sus pensamientos conmigo, al igual que yo con él. Al principio no era así y fue algo que nos trajo una que otra pelea al comienzo de nuestra relación, por lo que decidimos hablarlo y solucionarlo.

—¿Qué te pasa? —le pregunto con dulzura al ver sus fracciones.

Me sonríe y niega ligeramente antes de besar mis labios fugazmente.
Todo lo juguetón desaparece de él y una mirada que no logro describir se dibuja en su mirar.

—Siento.. —respira profundo y lo aliento a continuar moviendo la cabeza de vez en cuando, —como si me estuviera ahogando en responsabilidades. Es muy estúpido que lo diga, amo mi trabajo, siempre ha sido así, es una meta que me estoy esforzando por superar, pero de igual manera sigue siendo complicado. Lo único que sé con claridad es que tú eres lo mas importante que tengo, mi escape, mi refugio y a veces —suspira pesadamente y niega repetidas veces. —No a veces, sé... que te estoy fallando, tú no mereces que yo... —pongo mi dedo en su labio para que deje de hablar. —Margot deja...

Presiono mis labios a los suyos de manera fugaz.

—Todo va a pasar, Keith. Tú, eres mi vida, eres la persona que amo con todo mi ser. —coloco mis manos alrededor de su cuello y acaricio su cabello, —No me estas fallando, cuando estas conmigo es lo ultimo que me pasa por la cabeza. Es solo que nos encontramos en momentos complicado para los dos. Yo también sé que no he actuado bien y te pido disculpa por eso, es simplemente que nos necesitamos y... no hemos tenido tiempo, solo es eso, Keith. Ya veras que todo va a pasar.

Él cierra los ojos mientras sigo con mis caricias en su cabellera y suelta un suspiro.

—Tienes que prometerme que estarás aquí cuando todo pase. Que seguirás siendo mis ganas de seguir adelante. No puedes dejarme, amor. Soy mas tuyo que mío, y me encanta que sea así. Tienes que prometerlo, bonita.

Una mirada de pánico aprecié en su rostro, y un dolor inmenso vi en ellos. No quiero verlo así, no es algo de él. Keith es fuerte, mandon y juguetón a la vez. La vulnerabilidad no me gusta, me es doloroso.

—Te lo prometo. Sabes que es así. ¿Como crees que te voy a dejar cuando te vuelvas multimillonario? —le digo juguetona y una triste sonrisa aparece en su rostro.

—Eso espero, Margot. —deja un beso en mi frente y otro en mis labios con fuerza.


...


Tomados de la mano frente a la puerta de nuestros nuevos vecinos, esperamos. Keith sostiene un vino blanco -no muy costoso- en su otra mano, no sabía muy bien que traer, pero él me aseguró que con eso estaba bien.

Vuelvo a tocar y algo en la puerta llama mi atención. Un liguero daño en la madera blanca, no, es bastante grande, pero colocaron pintura sobre el y de lejos no es notable.
Es muy raro que esa imperfección esté, ya que -por muy amable que sea- el dueño del edificio es muy exigente en todo lo relacionado con su edificio.

La puerta frente a mi se abre y la señora Clara nos sonríe ampliamente. Mira a Keith mas de la cuenta y lo siento apretar mi mano, en un intento de que diga algo.

—Él es Keith. —Mi novio me suelta la mano y se la tiende a ella, Clara le sonríe con algo de incomodidad, pero aun así la tiende.

—Mucho gusto, soy Clara.

—Encantado. —le regala una sonrisa un tanto forzada.

Un ambiente tenso se instala en el lugar y trato de llamar la atención quitándole el vino a Keith y entregándoselo a Clara, esta por su parte, lo toma y nos invita a pasar con clara amabilidad.

El lugar es muy bonito y pequeño, pero la falta de algunos muebles lo hace ver mas amplio, sin embargo a simple vista no parece que faltara nada, Clara debe ser de esas personas que con un trozo de madera hacen una escultura de museo.

—Mi hijo nos acompañara en un momento. Ehh... Están en su casa, chicos, ¿Quieren alguna bebida, algo?

Nos sentamos en el sofá de piel café una vez adentro.

—Para mi agua estaría bien. ¿Y para ti? —Keith me pregunta con dulzura y siento la mirada de Clara taladrarnos desde su lugar.

Niego regalándole una sonrisa y ella asiente y se retira a la cocina.

—Que incómodo... —le susurro a Keith y este asiente colocando su mano en mi pierna y apretando ligeramente.

—¿Keith? —la ronca voz detrás de nosotros me sobresalta y mi novio a mi lado se tensa, luego de unos segundo se levanta buscando a quien lo había llamado antes.

Me levanto imitando sus gesto y observo como el chico y mi chico comparten miradas extrañas. Keith coloca su brazo alrededor de mi cintura y me pega a su cuerpo, para luego dejar un beso en mi frente con delicadeza.

¿De donde se conocen estos dos?






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