UNA SEMANA DESPUÉS
LUNES-¡No!, cinco minutos más, por favor- apreté la almohada contra los costados de mi rostro haciendo una leve mueca con mis labios.
-Recuerda amor, Sam dijo qué él pasaría a buscarte por ser primer día, te apuras o te pillará desnudo- murmuró tratando de ser suave y amable, negué repetidas veces y me tiró de los brazos haciendo que cayera al frío piso de madera, caí despacio pero el frío fue algo más grande y me hizo levantarme rápido.
-Ya voy... Ya voy- la flojera inundaba mi cuerpo, pero, ¿qué iba a hacer yo?, tenía que ir a clases, era y es el primer día.
Quité la única prenda de mi cuerpo con delicadeza viendo los raspones y moretones pequeños de hace algunos días, andar en skate y patines ya no se me da tan bien como hace algunos meses.
Varios minutos bajo la lluvia artificial y algunos minutos más lavando mi cuerpo fueron suficientes para que me encontrara lo más limpio posible, me vestí algo rápido y bajé a desayunar tomando una botella de agua y una manzana verde, sí, ese era mi desayuno.
Ví el libro nuevamente en la estantería y lo saqué, me despedí de todos yendo hasta afuera para esperar a Sam, no quería que oyera los gritos que habían por la mañana en casa, no se lo deseo a nadie.-¿Nos vamos?- me sacó de algunos pensamientos tontos mientras me daba un apretón de manos apuntando su auto.
-Tú eres el que conduce, yo soy el que te paga por llevarlo- me miró serio y lo único que hice fue sonreírle, alzó una ceja e hice un puchero bajando la mirada a mis pies.
-¿Y mi dinero?- preguntó aún con su ceja alzada a lo que yo negué suspirando.
-Tengo un libro, una manzana y agua, ¿te sirve?- mostré el libro y las demás cosas con una sonrisa, él rió asintiendo, tomó la botella de agua bebiendo un poco, después de limpiarla la cerró y me la devolvió, coloqué mi mochila frente a mi pecho abriéndola para después guardar el libro y botella mordiendo mi manzana.
-Es increíble que sólo tengas eso por el desayuno- mencionó con una mueca caminando hasta el auto abriendo la puerta del copiloto. -Con razón estás muy delgado, pequeño y todas esas cosas que te dicen- rodé los ojos entrando al auto, cerré la puerta algo fuerte esperando que el subiera para contestar, antes había masticado muy bien y digerido.
-No debería importarte, sí sé que como muy poco o muy mal, pero nada que hacer, la nutricionista dijo que tenía que comer mejor, ¿y sabes lo qué le dije?- el asintió, siempre teníamos las mismas pequeñas discusiones de mi salud.
-Mejor ya vayamos a clases- su rostro cambió rotundamente a uno serio, así fue todo el viaje, hasta que tomé su mano e hice que me mirara.
-Te prometo qué haré lo posible por subir un poco más de peso, te lo prometo- sonreímos a más no poder, mordimos nuestros labios inferiores al mismo tiempo por lo cual nos miramos algo raro soltando una carcajada.
-¿Por nuestra amistad?- preguntó después de un rato.
-Por nuestra amistad- afirmé viendo nuestras manos aún aferradas una a la otra.
FRENTE A LA UNIVERSIDAD.
Nervios, eso sentía, muchos nervios, no quería entrar, mi respiración por alguna razón se volvió más rápida, casi volviéndose escasa por la forma de inhalar y exhalar, mi frente sudaba, mis manos temblaban, personas nuevas pasaban junto a mi y Sam, pero no me importaban, sólo tenía nervios de no poder, no ser aceptado nuevamente, mi corazón se agitó en una cantidad enorme al escuchar la voz de Ben, me aferro con algo de fuerza al brazo de mi mejor amigo caminando junto a él a los casilleros donde nos encontramos con Bonnie.
-¡Bonnie!- grité bastante emocionado por qué no la había visto en estas vacaciones ni tampoco hablado con ella, ví que su cabello ahora era turquesa y chillé caminando hasta ella.
-¡Enano!- gritó de la misma manera abrazandome, me alzó del sueño y reí pasando mis brazos por su cuello. -Si que estás flaco, pareces pluma- susurró tratando de molestarme y solo sonreí viendo que Samuel se acercaba.
Se saludaron entusiasmados y James se acercó a nosotros para ir a los salones.
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-No comeré esa cosa, me niego, ¿Sabes cuantas calorías tiene eso?- pregunté viendo el sándwich que había frente a mi, niego repetidas veces con mi boca cerrada.
-Te lo comes, o te dejo sin hijos, elige- dijo Bonnie con una pequeña sonrisa en su rostro sosteniendo el pequeño plato donde estaba este.
Rodé los ojos y le dí un pequeño mordisco, tomé rápidamente un poco de agua y tragué, negué cuando dijeron que comiera más y todos se cruzaron de brazos al mismo tiempo, agarré nuevamente este para poder comer aunque sea la mitad mirando en dirección a la mesa de el gran Ben el cual rodó su mirada a la mía y se levantó de su asiento, esto era malo.
Por suerte pasó al lado de nosotros sin mirarnos, suspire pesado desviando mi mirada a Sam el cual veía a una dirección fijamente, me puse un poco más a su lado y ví qué estaba atento a Gabriela, me alejé de él negando comiendo el último trozo de mi comida a lo cual mi mejor amiga gritó emocionada al ver mi plato vacío.-y entonces le dijo "¿Cómo te llamas?", el dijo "Conejito, ¿y tú?", entonces el otro respondió, "Tigrito", conejito se asustó y susurró "no me grites"- Bonnie junto a James rieron a carcajadas mientras los miraba raro, arquee una de mis cejas y fue ahí qué Samuel suspiró. -¿y a ti qué pasa?- tomé la caja de jugo succionando la pequeña pajilla y bebido todo su contenido de una demostrando que estaba un poco enojado o celoso.
-Gabriela está más guapa cada año, no sé cómo lo hace- miré con asco a la chica y después a él aún con una mueca.
Con tanto maquillaje y técnicas nuevas de aprender a maquillarte, hasta beti la fea sería guapa pensé y negue de inmediato quedándome callado, estaba apunto de hablar y lo único que hice fue despedirme de todos con una sonrisa, ellos pidieron explicaciones pero no las dí.
Caminé algo lento hasta mi casa, pasé por frente la escuela de mi hermana y justo estaba saliendo, la llamé y llegó a mi lado abrázame algo fuerte.-Tienes esa cara de nuevo, no me digas- imitó a Samuel como cada vez qué le dije su reacción a Gabriela, asentí repetidas veces tratando de sonreír, pasamos a comprar una cuantas cosas y nos fuimos a casa.
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Mi Mejor Amigo.
De TodoEnamorarme de mi mejor amigo no fue tan simple, ni muchos menos por la razón de ser hombre, pero, ¿que me importa a mí?, al parecer soy alguien muy directo, según mi padre, y según mi madre alguien muy sensible, capaz de decir todos sus sentimientos...