Sigue estas reglas.

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1- No contestes el teléfono. Sabes que solo te llama cuando esta borracha y sola.


La luz de mi habitación estaba apagada, el cuarto se encontraba completamente oscuro. A excepción de una luz ténue que provenía de mi celular.


"Lizzie - Llamando."


No contestes, solo terminaras volviendo al mismo ciclo de odio y amor. Se cansara en algún momento, como siempre.


Las horas pasaron y el teléfono no dejaba de sonar, taladrando en mi consciencia. ¿Que tal si era importante? No, aún si lo era, no iba a contestar. Estaba lloviendo, fuertemente. Las llamadas pararon, pero vinieron los mensajes.

"Jack, contesta."
"Jack, lo siento... Te extraño."
"Jack, ¿Donde estás? Necesito verte...,"
"Jack, se que estás leyendo..."

Tire el teléfono lejos, esto debía acabarse. Nos estábamos haciendo daño, ya habíamos terminado, pero aún seguíamos viéndonos, no debía ser así.

Puse mi brazo sobre mis ojos y me senté, apoyando mi espalda en la puerta.


-Solo detente... Por favor... -Ella estaba con alguien más. Yo solo había quedado para desquitar sus frustraciones cuando peleaba con el y se sentía sola, después de uno o 2 tragos siempre me llamaría. Yo ya no podía soportarlo.

Mi telefono dejó de sonar, y yo me relajé.

3 Golpes sonaron a mi puerta, pesados, cansados. Los recordaba siempre juguetones y energicos, no podía ser.
-Jack, se que estás ahí, dejame pasar. Por favor, necesito verte.

2- No la dejes entrar, se irá de nuevo en la mañana.
Leí en la pared, lo escribí para recordar esto, dicen que vale más una palida tinta que una mente brillante.
Mi telefono empezó a sonar de nuevo, era ella llamando.

-Por favor, contesta. -Pude escuchar su torpe voz. Estaba ebria.

Eran las 3 am y estaba en la puerta de mi departamento, borracha, si se iba de nuevo, su seguridad peligraba, mi mente martilleaba esa idea.

Suspire y atendí el telefono.

-Elizabeth. Son las 3 am. Estas borracha seguramente,¿ que quieres?

-Por favor abreme la puerta, estoy mojada y hace frío. -Su voz suplicante clavaba espinas en mi corazón.

Me quedé en silencio. Debatiendome si debería dejarla entrar, ya había roto la regla 1, ¿Rompería la 2?

-Jack, por favor...


Quité las trancas y giré el pomo de la puerta.


La escena ante mi era lamentable, largo cabello negro, mojado, uñas pintadas y comidas, ojos irritados por las lagrimas, sin maquillaje, nunca usaba maquillaje. Una blusa blanca que se transparentaba y dejaba ver su ropa interior negra. Ella evitaba mi mirada mientras mordía su labio inferior.

-Pasa, te traeré una toalla, creo que aún tengo algo de tu ropa por aquí. Te preparare algo de leche, hay agua caliente en la ducha, date un baño. -Dije cansadamente.
Omití hacer el comentario sobre el olor a alcohol que despedía.

Ella obedeció y entró al baño, pude escuchar el sonido del agua corriendo.

Busqué entre mis gavetas y encontré un top azul y unos pantalones deportivos, y las coloqué en la cesta al lado del baño.

Comencé a calentar la leche, eso calmaría los efectos del alcohol, bostecé y repasé la ultima regla en mi mente.

Escuché el agua parar.

Elizabeth salió de la ducha, su cabello aún húmedo pero vestida con la ropa seca.


-Siéntate, ya tendré lista la leche.

Asintió tranquilamente, y se sentó en el sofá, tomé unas galletas saladas.

-Estás borracha. -Dije directamente.

Le serví la leche y galletas en un plato y me alejé. No quería romper la 3ra regla.


Tomo mi mano y me jaló hacia ella.

Su aliento aun olía a alcohol, nuestros labios a punto de tocarse.

-Siempre me estás cuidando. -Dijo en un tono dulce y juguetón.

Nuestros rostros a centímetros. Cerré los ojos y recordé la ultima regla.

"Si la besas, estás perdido."

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2020 ⏰

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