Capítulo 6

30 4 0
                                    

*En el castillo*

Se encontraba Estefani caminando detrás de la sirvienta hasta que pararon en una habitación.

-Entre, el rey la espera dentro-Dijo mientras abría la puerta y se colocaba a un lado.

Estefani entró a la habitación, era muy bonita, las paredes tenían un decorado hermoso y delicado, en todo el centro de la habitación se encontraba un gran escritorio lleno de papeles enrollados, libros, cartas abiertas, con un sillón donde se encontraba el rey, y al frente del escritorio otro.

-Hija, por favor siéntate- Le dijo su "Padre" mientras que ella se sentaba.

-¿De qué quería hablarme...padre?

-Sobre tu prometido.

-¿Mí qué...?

-Tu prometido, prestad más atención-dijo mientras que fruncía el ceño- Es de un reino muy rico. Que te caséis con el hará que tengamos más dinero, le dije que necesitamos dinero para la comida de los aldeanos. Es muy amigable e iluso, aceptó casarse contigo apenas le dije sobre la crisis que sufre mi pueblo, nos enviará mucho dinero apenas culmine la boda.

-Pero no me puedo casar con él, ¡Ni siquiera lo conozco! ¡Me niego!

-... ¿Me acabas de levantar la voz?-Dijo enojado mientras se levantaba de su asiento- ¡Tú no decides con quien te casas y con quien no! ¡Solo yo puedo hacer eso! ¡Soy tu padre y sé que es lo mejor para ti!

-¿Lo mejor para mí? ¡Mejor dicho, lo mejor para ti! Ni siquiera estás pensando en el pueblo, nada de dinero será para la comida de ellos, solo será para tus estúpidos caprichos, ¡Hay muchos aldeanos que están pasando hambre, y a ti te importa un pepino!

-¡¡¡Suficiente!!! ¡¿De dónde sacaste ese tipo de vocabulario?! Ya está decidido, te casarás con el dentro de un mes, mañana en la mañana vendrá a conocerte, no puedo creer que te portes de esta manera en esta situación tan importante, estamos hablando del príncipe de Arabasta, el Reino más rico de todos, al unir esta alianza, tendremos dinero por montón, tierras, fama y tú te comportas como una cría...-soltó estresado mientras pasaba sus manos por su rostro- Ahora, ¡Ve a tu habitación!

Estefani se levantó molesta de su asiento y salió corriendo de la habitación. Bajó hasta la primera planta del castillo cruzó por una gran puerta de madera, vió como había una larga escalera y como todo estaba completamente oscuro, iba a cerrar de nuevo la puerta hasta que escuchó los pasos de los guardias acercándose a ella mientras que la llamaban, y sin pensarlo más, se dispuso a bajar las escaleras cerrando tras de sí la puerta. Fue bajando con cuidado de no tropezar y caer, no sabía cuántas escaleras habían pero después de un rato pudo distinguir una luz, cuando se acercó notó que era de una vela que sostenida de la pared, la agarró para seguir bajando, no fue mucho hasta que llegó a una sala muy grande, más bien a una librería, había estantes de libros por doquier y un gran sillón con un escritorio, todo estaba muy polvoriento, se notaba que hacía mucho que alguien no lo utilizaba.

-Wow- dijo Estefani muy asombrada-Este lugar es genial, es una librería en un sótano, se ve que hace mucho que alguien no baja por aquí, pero... ¿Por qué?...

Se acercó a un estante que estaba en el fondo para agarrar un libro que le pareció un poco extraño, pero al hacerlo todo empezó a temblar y la estantería se fue abriendo en dos mostrando un pasadizo secreto.

-¡¿Pero qué...?!-gritó Estefani impactada.

Fue caminando dentro del pasadizo, no había nada en la habitación, exceptuando un cajón que estaba en el medio de la habitación, Estefani se acerca curiosa donde está el cajón abriéndolo lentamente encontrando una gran espada brillante dentro de un estuche común de color marrón. Al sacarlo de su estuche notó lo hermosa que era la espada, con detalles muy finos. Se quedó un rato contemplando, pero de repente empezó a salir un humo de espada -¡Pero que rayos!-gritó asustada mientras soltaba la espada y retrocedía- El humo fue tomando forma frente a ella, se había formado un lobo.

-Mucho gusto ama Estefani, soy "Pergurt" y de ahora en adelante seré su fiel guardián, por favor cuide bien de la espada-decía el lobo obedientemente.

-¿Qué eres y por qué sabes mi nombre?

-Soy un espíritu al que encadenaron a esa espada que sostuviste, fui hecho para realizar ordenes, cada que me llames, saldré a ayudarle en cualquier batalla. Te protegeré de ahora en adelante, y sé todo acerca de ti, el porqué ahora eres la señorita Elizabeth y el porqué estás aquí, se cuál es su misión.

-¿De quién era esta espada? Cual...¿Cual es tu historia?- dijo recogiendo de nuevo la espada.

-Fui creado por la bruja Dylan Bernan, al principio mi espada solo había sido hecha para luchar, pero ella sentía que le faltaba algo, ese toque mágico... Así que gracias a miles de conjuros que logró hacer, pudo crearme a mí también.

Sus últimas palabras como gran cierre fueron "De ahora en adelante esta espada será tu hogar, si llega a ser destruida tu cuerpo se desvanecerá hasta quedar solo tu alma, la cual se irá apagando al poco tiempo, así que procura protegerla, pero no solo puedes morir a causa de la espada, cada vez que sales tu cuerpo es como el de los demás lobos, omitiendo la tus poderes, es decir, que también te pueden matar estando estando en tu forma física, así que cuídate también, y sin más te nombro Pergurt, la espada mística y poderosa que protegerá a todos" .

Al poco tiempo fui entregado a un mago llamado Leonard Closmofb, un guerrero y amigo de la bruja al cual nunca llegué a obedecer porque en ese entonces había cierta maldad y picardía dentro de mí, yo simplemente era una máquina para destruir a quien se metiera en mi camino y por más que Dylan y Leonard intentaron adiestrarme no lo lograron del todo y en una gran lucha mi Amo fue asesinado y esta espada paso a manos del Rey Philip el cual no dudó ni dos segundo en encerrarme aquí. Han pasado siglos desde entonces, he estado viendo todo lo que sucede sin poder salir, hasta que llegaste tu Princesa Elizabeth, o mejor dicho Estefani... Durante todo este tiempo he cambiado mi forma de pensar y de actuar, mi creadora y mi Amo murieron y nunca pude hacer lo que ellos siempre anhelaban, proteger aunque sea a alguien, en ese entonces todos los humanos y seres mágicas hablaban de mí, de lo fuerte y poderosos que era, de cómo algún día dejaría de ser una bestia indomable y los protegería, pero les fallé y no quiero volver a hacerlo, nunca más, así que de ahora en adelante seré tu fiel guardián...Pero de tantos siglos encerrado no puedo luchar como antes, me he vuelto muy débil con el pasar de los años, pero haré todo lo posible para mantenerte a salvo.

-Wow-Fue lo único que emitió Estefani con todo lo que le contó- entonces ahora eres mi... ¿Espada y protector? Increíble.

-Creo que ya es hora de que regrese, ama. Debe dormir, mañana conocerá a su futuro prometido, el príncipe del otro reino.

-Argh, ni me lo recuerdes, mejor me quedo aquí, así no tendré que ver a mi padre ni conocer a ese príncipe.

-Él es muy buena persona, te ayudará en mucho, es muy importante que lo conozca, es alguien del que puede confiar, Ama.

-Pero...

-Sin peros, la llevaré a su dormitorio.

De repente sus ojos se empezaron a cerrar, cayendo completamente desmayada.


Cambiando el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora