Maldito amor
Puñetero sentimiento. Todo el mundo puede amar, o eso dicen los que no me conocen. Ante la gran mayoría de personas, yo soy el símbolo del amor. Yo soy ese bebé gordinflón que siempre se pasea en pañales y con un arco con flechas. Si señoras, señores, me presento, soy Eros, más conocido como Cupido, pero por lo contrario a lo que todo el mundo piensa, soy una chica de ahora diecisiete años que lleva ropa y un arquito en el bolsillo. Sí, fui la nena regordeta de los pañales y el arco, pero de eso hace una eternidad. Y por el contrario a lo que todo el mundo piensa, nunca en mi vida he sentido amor hacia otra persona. Y diréis, ¿por qué no se dispara con una de sus flechas? Pues muy simple, yo tengo algo como si fuera una capa protectora que hace que mis flechas pierdan todo su poder antes de tan siquiera rozarme. Esto es un verdadero asco, os prometo que no es lo más bonito ver a todo el mundo a tu alrededor, disfrutando del amor de su vida, de esas caricias, de esos mimos y besos. Esa es la mayor tortura que le puedes desar a alguien. No ser amado por nada ni nadie y no poder amar a nada ni nadie en este mundo de locos, aunque yo normalmente esté en el Olimpo.
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I can't love
RomanceAmor. Ese sentimiento que todo el mundo siente alguna vez en su vida. Eros. Nuestra protagonista. Nunca lo ha sentido.