-Manoban- Llamé justo cuando llegó a la puerta.
Tuvo que frenar y dio media vuelta. Tardó un poco, ya que iba contra la corriente. Llegó a mi escritorio y no hacía contacto visual. Empujé su celular hacia ella. Suspiró un poco aliviada y lo tomó.
-Gracias...- Susurró.
Asentí una vez con la cabeza, y observé como se iba. Tomé mis cosas. Ya quería volver a casa. Dejé mis cosas en el casillero, marqué la tarjeta y salí. Volví a ver a su novio donde siempre. Solo que esta vez si la vi a ella. Me miró, podría jurar que con un atisbo de lástima, y cortó el contacto. Hice lo mismo. Sintiendo esta horrible presión en el pecho por los celos que sentía.
Llegué a casa y lancé mi bolso. Sentía tanta frustración que podría golpear a cualquiera. Retomé la copa de mojito, y la llené de nuevo. El ardor en la garganta me haría sentir bien después. Mi celular empezó a sonar. Era la organizadora.
-Hola- Contesté con torpeza.
-Señorita Kim- Dijo educadamente- Necesito con urgencia la lista de invitados, por favor.
Suspiré molesta, ¡no quería salir hoy!
-Está bien, en el mismo café a las 6- Dicté.
-Perfecto- Contestó y colgué.
Acabé la copa de un solo golpe, y me fui directo a dormir. Me dejé la alarma para no pasarme. Desperté agitada, sin saber cuánto tiempo pude dormir. El sudor me bañaba el cuerpo. Era un laberinto enorme, era de noche, no podía ver más allá de mis pies. Escuché la voz de Lisa e intenté seguirla, pero nunca la encontraba. Escuché su risa, y empezaba a desesperarme. Cuando la escuché llorar, corrí, sin ver nada, intentando encontrarla para calmarla, pero todo seguía tan oscuro, tan frío, tan desesperante.
Me levanté de la cama y me tapé el rostro con ambas manos. El agotamiento era real, mis piernas estaban cansadas, agarrotadas. Mi corazón seguía palpitando sin control. Tenía tanto miedo, sólo quería encontrarla, y abrazarla. Suspiré largamente y me preparé para salir.
Conduje aún un poco trastornada por el sueño. Toqué el timbre de la casa de mi hermana, y tuve que esperar largos minutos hasta que me abriera.
-¿Tan lejos estabas?- Pregunté irritada- ¡Hace frío afuera!
Retrocedió un poco dejándome entrar.
-Pensé que la hormonal era yo...- Dijo riendo.
La miré mal.
-Necesito la lista de tus invitados- Dije apoyándome en la barra de la cocina.
-Oh...está bien- Dijo intentado recordar donde la dejó.
Se fue, y volvió a los segundos. Me dio una libreta bastante extensa.
-Son...¿todos estos?- Pregunté con el ceño fruncido.
-Sí- Asintió con la cabeza- Son los más cercanos.
Rodé los ojos. Ni yo tenía tanto conocidos. Bueno...puede que me haya vuelto un tanto antisocial.
-Bien, debo irme- Comenté.
-¿Ya tan pronto?- Preguntó arqueando las cejas.
-Sí, lo siento- Dije haciendo una mueca- Hablamos luego.
-Está bien- Dijo en un suspiro.
Salí y me dirigí al café. Ya llevaba unos minutos tarde. Tomé la libreta y bajé. La saludé con un beso en la mejilla. Se me olvidó su nombre. Joder, tengo un serio problema con eso.
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Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•
FanfictionJennie era la nueva maestra de literatura, una mujer absolutamente hermosa, con una sensualidad que emanaba de cada poro de su piel, cruzó su camino con una joven llamada Lisa. A Lisa no le importaba nada, ya había decepcionado y lastimado a tanta...