Capítulo Cincuenta y Cinco

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Antonio.-

—¿No es esto algo ególatra? —quiso saber Carlos mirando detenidamente el regalo para Danna.

—Es Antonio, si pudiera regalarle algunos póster con su foto y su autógrafo o algo así, lo haría —apostó Daniel mientas comía nachos.

—No lo haría —me quejé, metiendo la delicada cadena con el dije de mi inicial colgado a ella en la pequeña caja de color negro.

—Entonces, explícanos —pidió Carlos—, por qué tu inicial y no la de ella

—La mayoría de las niñas tienen adornitos

—Accesorios —me corrigió Carlos.

—Ok, accesorios, con sus iniciales ¿no? —Daniel asintió.

—Buen punto

—Y... además, Karly tiene un dije sujeto a su pulsera con la inicial de Daniel —señalé—, para mí sería raro ver la pulsera de Karly con la letra d y también el collar de Danna

—Eres un copión —decidió Daniel—, pero eso es cierto, se supone que, ahora tú tienes que tener algo con la inicial de Danna —sugirió.

—Todo él es de Danna —intervino Carlos—, llevar su inicial con él sólo lo confirmaría, pero hazlo, es una buena idea —sugirió.

—En dónde llevaría yo su inicial —cuestioné a mi amigo.

—Tatuada —respondió sin más, Daniel y yo lo miramos sin creer que hablara en serio, pero Carlos no se inmuto ni si quiera un poco— bueno, si no te gusta la idea no y ya —dijo luego de unos segundos en silencio.

—No me tatuaré —decidí—, es nuestro primer mes solamente —expliqué.

—¿Y eso qué? —preguntó Daniel—, tampoco es un secreto que tú... eh, la adoras, sí, supongo que esa palabra funciona —agregó pensativo.

—Yo creo que la ama —opinó Carlos, Daniel sonrió y asintió de acuerdo. Yo estaba más de acuerdo con la primer opinión de Daniel, tomando en cuenta que mi corazón aún pertenecía, en su mayoría, a Sofía, no podía estar muy enamorado de Danna—; y mira que no estoy muy familiarizado con el término

—Creí que tú las amabas a todas —le recordó Daniel.

—Técnicamente —respondió Carlos—, mientras ellas no quieran algo serio yo soy muy feliz con ellas

—El día que quieras algo serio, serán ellas quien no quieran algo serio contigo —dijo Manuel sentándose a mi lado, luciendo adolorido.

—¿Y las chicas? —pregunté antes que cualquier otra cosa.

—Cambiándose —murmuró en respuesta.

—El día que quiera algo serio... jamás había pensado en eso, la verdad —inquirió Carlos despeinando su cabello.

—¿Quién pateó tu trasero? —preguntó Daniel a Manuel.

—Nadie pateo mi trasero, sólo... creo que me dará gripa o algo así —Daniel dio un paso hacia atrás alejándose del pelinegro—, tampoco te estornudaré en la cara, creo —agregó cuando se dio cuenta de la acción de Daniel.

—...escucha lo que te digo, necesitas calmarte Karly, le estás dando lo que desea muy fácilmente —escuché a Marlen decir, me giré para ver a las chicas; mi mirada se encontró con la de Danna que me regaló una pequeña sonrisa y pronto se unió conmigo sentándose sobre mi regazo, bien, prácticamente yo la hice caer sobre él. Manuel se puso un poco nervioso y aun luciendo adolorido se sentó derecho en cuanto Danna llegó.

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