Just a little game of Sabbath

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Solo podía correr, mi aliento era inconstante, alterado y cada bocanada se hacía dolorosa por el penetrante frió que desgarraba mi garganta y luego dañaba mis pulmones. Aun así solo podía seguir corriendo, me apoye en un árbol unos segundos para recuperar el aliento, mientras miraba aterrado a mis alrededores... 

No estaba allí... 

La sombra de ojos rojos...

O eso creía. Estaba en un bosque, en plena noche, ahora era consciente de mi situación... solo ahora que el pánico se había desvanecido.

En la lejanía escuche un grito de miedo luego este se convirtió en sollozos y finalmente en gritos de dolor que cesaron casi de inmediato. Volví a correr con todas mis fuerzas restantes, solo tenia que cruzar el río y estaría a salvo. El peligro seguía atenazándome, pero ahora había dejado de ser un animal cegado por el miedo, ahora al menos podía pensar. Aunque a duras penas recordaba el porque estaba aquí. Mi cuerpo pesaba como un muerto, llevaba corriendo con todas mis fuerzas casi media hora, maldije en silencio trabajar de dentista y no haber ejercitado mi cuerpo en años. Pare unos segundos a recuperar el aliento una vez más mientras escuchaba mis alrededores tan bien como me era posible mientras jadeaba agotado, tome unos segundos no parecía que nade me siguiese, después de todo no oía pisadas el romper de ramas de otra persona.

Recapitulemos. Pensé un segundo, ¿Como he llegado aquí? 

Lo ultimo que recuerdo es coger el coche e irme a un bar. Estaba con viejos conocidos y amigos de facultad, el bar apestaba a cerveza y la primera pinta entro fácil me encantaba el sabor de la cerveza extranjera. Cerveza escocesa, tan dulce, me vi chupándome los labios saboreando un producto inexistente en la actualidad. 

Hablaba con Mike, la chica de la barra era hermosa, con una estética ligeramente pija, era el tipo de chica a la que Mike le echaría el ojo, delgada, de cabello rubio llevaba lo que parecía una piel de animal como bufanda. Seguramente una copia. Escuche a Mike fanfarronear de como la levantaría con solo un brazo y bueno... irrelevante. Luego decidí ir al baño pero la cola para entrar era larga y no me veía con el ánimo de esperar así que salí del local.

De pronto escuche el crujir de las ramas, abrí los ojos de par en par y empece a correr una vez más, cuando mire hacía atrás solo había una rata gorda que marchaba en dirección contraria a la de mis pisadas. Apresure el paso, aunque ahora buscaba un ritmo constante que pudiese mantener. Seguía corriendo hacia el este, sabia que había un río y que era vital que lo cruzase. Antes de que esas criaturas me atrapasen. Después de todo ese era el trato... Pasar el río antes del amanecer y habría ganado. Podía oír el agua en las cercanías incluso notaba la humedad en el aire ya estaba cerca, pero algo se acercaba entre los árboles, algo rápido, era Mike corría como un atleta, aunque había algo peculiar en su sprint, salio de la maleza  antes que yo y llego al claro que había justo delante, donde por fin pude ver el río. Y tras él aparecieron tres sombras criaturas semi-humanas, corriendo a una velocidad de vértigo, como una jauría de perros se abalanzaron sobre Mike. Me quede congelado al observarlos, sus rasgos eran desconcertantes, una fusión entre hombre y bestia, una de las criaturas era similar al una hiena, otro presentaba rasgos de murciélago y el ultimo de coyote. Tenían unas grandes garras y mandíbulas, que usaban para desgarrar a sus presas, Mike gritaba de agonía. 

El coyote jugaba con él como si fuera una muñeca de trapo atrapando-le el brazo y más tarde silenciando-lo de un bocado en el cuello. Las tres criaturas se deleitaban con el festín de carne y sangre caliente de mi antiguo amigo, el cual se agarraba a la vida a pesar de tener el cuello perforado y el estomago abierto como el de un pescado. Salí del estupor de la escena e intente cruzar el río en silencio, mientras las criaturas disfrutaban de su presa. En silencio me zambullí en el río para aparecer al otro lado.

Al salir del agua me di la vuelta para mirar la otra orilla y donde se encontraban las tres bestias ahora habían tres humanos, dos mujeres y un hombre.

-Felicidades!

Me gire del susto para encontrarme a una mujer de alrededor de metro ochenta, pelo grasiento y descuidado su ropa no era más que una combinación de harapos que parecían ser los restos de unos pantalones tejanos y una sudadera.

-Eres el primero que lo consigue en una temporada! Has hecho un buen trabajo, aunque no puedo decir lo mismo de los pardillos de la otra orilla.

Mire al otro lado, y las tres figuras mostraban un espectro de emociones distintas. Miedo, enfado y arrepentimiento. La chica enfadada y de pelo oscuro de la otra orilla parecía que explotaría en cualquier momento pero una palmada en la espalda de su compañero le hizo morderse el labio y contenerse, acto seguido esta procedió a lavarse la cara que estaba totalmente manchada de sangre.

Farfulle débilmente en ese momento.

-En ese caso... me.. me puedo ir ya? He ganado. Dije con una sonrisa de desesperación y entre lagrimas.

La respuesta fueron unos ojos de depredador.

-Yo nunca dije que el premio por ganar fuera tu libertad.

Hubo un movimiento borroso, y de pronto gane altura, empece a flotar en el aire, y luego caí al suelo, mi cuerpo seguía en pie, el corte era limpio y no hubo dolor.

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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