Cap.39: ley cósmica

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-Niall: ¿que quieres que haga, Nerea? Me siento mal. Me enfrenté a tu padre

-yo: ¿y por eso quieres terminar con esto?

-Niall: ¿y que hago? Ahora a tu madre no podré mirarla a la cara

-yo: mi madre no es como piensas. No es rencorosa

-Niall: pero casi pego a su marido, casi pego a tu padre, Nerea!

-yo: ME ESTABAS DEFENDIENDO

-Niall: lo se...

Nos quedamos en silencio. Ya no llovía y me estaba congelando.Estábamos llorando los dos, no solo yo. Niall intentaba decirme que lo mejor sería que lo dejáramos.

-yo: con todo esto me estas diciendo que lo mejor es dejarlo...

-Niall: no quiero que tengas problemas con tu familia...

-yo: no me lo puedo creer, Niall. No me hagas esto.

Mis sollozos se podían oir desde China. No podía imaginarme estar sin él... no, no podía. Se acerca a mi y me abraza. Yo lo aprieto con fuerza. No quería soltarme.

-Niall: vamos a dentro a que te des una ducha y te curaré la herida de la cabeza...

Dejamos el tema, como él quiso e hicimos lo que ordenó.Subí vagamente las escaleras que conducían a la segunda planta.

Me meto en su habitación y después me meto en el baño. Me quito la ropa y me meto en la ducha. Abro solamente el grifo de agua caliente y me quedo allí quieta, dejando que el agua se llevara un poco todo el peso con el que estaba cargando, y eso que solo son las dos del medio día y me queda todo el día por delante. Es hora de asimilar todo lo que ha pasado estos dos días: me hago un tatu, mi hermana se entera de que Niall es mi pareja, discuto con mis padres, me escapo de casa, trabajo con Justin Bieber, vuelvo a casa, mi padre se transforma totalmente, veo a mi madre destrozada, Niall casi pega a mi padre, Niall y yo lo dejamos (no oficialmente). ¿En que lío me he metido? ¿como arreglo todo esto ahora? Me lavo el pelo con cuidado por la herida de la frente. Me escocia un montón. Después me enjabono el  cuerpo con gel con olor a vainilla. Me fijo en el morado del brazo que me dejó mi padre. Empiezo a llorar otra vez, esta vez no tan fuerte para que mis sollozos no se oyeran por toda la casa y Niall no se preocupara pero, ahora le dará igual... supuestamente, ahora no somos nada. Salgo de la bañera y cruzo los brazos para darme calor hasta que cojo una toalla. Con ésta, tan suave, me seco y después me enrosco bien en ella, sujetándola para salir a la habitación. Busco en su vestidor ropa mia que he dejado días atrás y ropa interior y me lo pongo todo. Cuando me estaba peinando, Niall entra a la habitación y me mira. Yo hago lo mismo a través del espejo. 

-Niall: tengo que ducharme yo también...- intenta sonreír pero no puede.

-yo: ya no te molesto más...me ire..

-Niall: Nerea, no te vayas.... comeremos juntos. No me dejes solo.

Le miro, era incapaz de decirle "no, no me voy a quedar". Simplemente cojo uno de sus numerosos cepillos del pelo y me voy de allí. Bajo al salón y me termino de cepillar el pelo. Me lo remuevo un poco para que no quede tan pegado y me tiro al sofá. Cierro los ojos intentando recordar algunos momentos con él y me aparece la imagen de nuestra primera cita, en la tienda de bolas de cristal.

Flash back...

Cogió mi mano y tiró de mi hacia la tienda. Entramos y quedé fascinada. Había muchas bolas, todas de diferentes tamaños. Paseamos por toda la tienda hasta que paramos en las bolas de los temas de los países. Encontré una de París, y al lado de ella, una de España. Traía una sevillana bailando. La cojo y la agito haciendo que pequeñas cositas plateadas flotaran por toda la bola. Niall me mira curioso.

Don't let me go...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora