Dragones en el Cielo

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Y entre el son del tambor los dragones danzan; Gracias por la lluvia Dios~

Por los alrededores, traídas por el viento, son las voces de los niños que juguetean entre el campo de arroz las que cantan una dulce melodía que no deja de morir la vieja historia que se relata de generación en generación.

—Abuela —escuchó la voz de la pequeña, su cabello negro revoloteo ante el movimiento de su pasos al ir corriendo hacia ella, la anciana sonrió al verla, una sonrisa adornaba sus labios, dio un par de vueltas mientras tomaba su mano tras mostrarle su kimono rosa.

—Te queda muy bien Touko —sentencio la anciana— Yo tenía uno igual a tu edad —rio, la pequeña como respuesta ancho su sonrisa, y sus ojos brillaron con esplendor, su madre solía decir que se parecía a su abuela y ella, quien había visto un par de fotos de su juventud, soñaba ser así de hermosa como ella.

No muy lejos de ambas, un pequeño asomo su rostro, mirando desde la entrada, seguía reacio a entrar.

—¡Yoshiteru, deja de ser grosero con la abuela! —le regaño su hermana mayor Touko, quien soltando la mano de la mujer fue a traer a su hermano.

—Sí que has crecido mucho, estoy segura que serás un chico muy popular con las chicas —declaro la mujer, quien acaricio su negra cabellera, el pequeño Yoshiteru como respuesta se sonrojo. Él amaba a su abuela, pero había veces que encontraba su mirada un tanto peculiar, nostálgica y a veces demasiado triste — ¿Ya han terminado de jugar? —preguntó la mujer, una pequeña sonrisa en sus labios se asomó al ver a sus nietos negar, siendo que había empezado a llover— Parece que la lluvia les ha hecho correr a resguardarse —hablo risueña— ¿Qué les parece si esperamos juntos?

—Abuelita —llamo Touko— Cuéntanos una historia, esa la que solías contarnos —la anciana soltó un bajo "oh" para al final sonreír. Su miraba se dirigió a la lluvia, desde el tatami donde se encontraba aun podía oír el murmullo que el viento traía como una canción que no desea morir olvidada y el sonido del trueno fueron sus acompañantes cual tambores partiendo el cielo gris. Así nuevamente se dejó llevar ante el recuerdo.

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—El padre de su abuelo tenía negocios fuera del país, en ese entonces se pensó que tal vez habría una solución para la diplomacia entre Estados Unidos y Japón.

En ese entonces había viajado con su padre para conocer más sobre los asuntos que le concernían siendo el heredero de la casa principal, sin embargo una tarde de abril, cuando salió sin paraguas ante el clima temperamental ambos se conocieron.... Él había llegado en enero, pero no fue hasta que se conocieron en abril que empezó a vivir.

60 años atrás

La fachada era simple, un acaudalado hombre de negocios haría un trato más en Asía, a pesar de los rumores de lo que se avecinaba él con una sonrisa fanfarrona desmintió cualquier otra causa que no fuese el crecimiento de su industria.

Había dejado en claro que solo tardaría un par de semanas, tal vez menos al llevar a su único hijo con él. Sin embargo eso solo eran palabras de aliento para sí mismo, habían pasado 13 años desde la última vez que había viajado a Japón, la primera vez que lo hizo no pensó que sería flechado por el amor, una joven dama de alta clase, un amor que ardía cual fuego y amenazaba con volverle cenizas ante la pasión.

Lluvia de Abril【Uzuzen】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora