La infección -El comienzo del fin.

Día 9.- Hora de escapar.

Pasamos toda la noche preparando una forma de huir y revisando el estado de nuestro automóvil, papa improviso con algunos rastrillos de jardín una especie de tumbaburros para el frente del auto. Habíamos pasado todo el día anterior de la casa a la cocina, cuidando que mis hermanos y mi mama estuvieran bien, comimos en el segundo piso y al amanecer decidimos que ya era el momento, tras desayunar y preparar nuestra medida de emergencia y nuestro basto botiquín todos subieron al auto.

Dentro del auto y en caso necesario papa nos dio a todos un curso rápido de como utilizar una pistola, nos repartió a cada uno un arma pequeña y nos pidió no sacarla a menos que fuera extremadamente necesario, recuerdo como mis manos temblaban y lo aterrados que estaban mis hermanos. Mama no decidió detenerlo de otorgarnos tal peligro, pero ciertamente era necesario estar prevenidos. Papa encendió el auto y empezó a abrir la cochera, que para nuestra suerte no solo era silenciosa, si no que rápida.

Recuerdo a papa acelerar y dar vuelta como si de una carrera se tratase, con rumbo hacia la ahora zona de seguridad media, iba muy rápido, solo se veía como se esparcía la sangre en el parabrisas y las ventanillas. Nuestro escape iba de maravilla, hasta que esa mujer se cruzo en nuestro camino a mitad del bosque, papa perdió el control al no querer arrollarla ya que parecía normal, al grado que terminamos estampados en un árbol.

Para nuestra suerte no paso a mayores, la extraña mujer nos ayudo a salir del automóvil, para no perder tiempo metimos lo que podíamos en mochilas y me asegure que Darky estuviera a salvo también, tras agradecerle decidimos invitarla a ir con nosotros a la zona de seguridad media que se encontraba a 100km de donde estábamos, ella accedió y en el camino decidió contarnos su historia.