Narra Adam
Hoy voy a acompañar a mi compañero Logan a vigilar a los condenados a trabajos comunitarios sólo para ver a la chica que le lanzó una zapatilla a la cabeza y reírme en su cara.
Llegamos al parque para encontrarnos con los presos, pero no veo a ninguna chica. Hasta que sale de detrás de un hombre para ponerse en fila como los demás, a la espera de recibir una bolsa de basura y unos guantes para limpiar el parque.
Era como ver un fantasma, el fantasma de mi hermana melliza. Pero era imposible que fuera ella, desapareció tras el incendio de ese bloque de pisos que no fue capaz de controlar como debería haber hecho. Una familia entera murió en aquel incidente y mi hermana Lilith desapareció del mapa, sin rastro.
Era increíble que la chica que ahora recogía latas de refresco del suelo sea ella. Su pelo ya no era tan largo ni tan brillante, ahora lo llevaba corto y semi recogido en un moño mal hecho. Su ropa era holgada y se veía vieja. Había perdido esa aura de alegría y luz que hacía cinco años iluminaba a todo aquel que se le acercara. Tampoco tenía ningún brillo en su mirada, su cuerpo era como un envase vacío, y a darme cuenta de ello un escalofrío me recorrió el cuerpo entero.
-Hey, Adam, estás muy callado y.... pálido ¿Estás bien? No hace falta que te quedes conmigo, puedo controlarlos perfectamente yo solo.- Me comentó Logan despertándome de mi ensoñación.
- ¿Eh? No no, no pasa nada sólo estaba pensando. Oye ¿qué ha hecho esa chica para estar aquí?
- ¿Te refieres a la morena de allí? Esa es la que me tiró una zapatilla a la cabeza cuando su amigo me hizo levitar. Y por si no fuera poco después intentó huir de mí. Por favor soy un hombre lobo, la podría haber encontrado en cualquier lugar de la ciudad.- Dijo Logan con orgullo.
Dejamos de hablar para prestar atención a los detenidos. Todos ellos recogían la basura con una mueca de fastidio y asco en el rostro. Excepto Lilith que mantenía una expresión neutra mientras su amigo intentaba sacarle una sonrisa haciendo el tonto con la basura que recogía.
La mañana pasó rápido, yo mirando a Lilith, ella ignorándome a pesar de que era consciente de mi presencia, Logan regañando a los presos que no hacían bien su trabajo. de un momento a otro mi compañero se dirigió hacia mi hermana hasta ahora desaparecida exigiéndole que lo hiciera más rápido. Pero ella lo ignoró, sacando de quicio a mi compañero.
- ¡He dicho que lo hagas más rápido si no quieres volver aquí mañana!
- Eso sería abuso de poder y por lo tanto te podría denunciar a tus superiores.- Contestó ella con voz calmada y pausada, como si lo que decía se lo estuviera explicando a un niño.
- ¡¿Cómo?! ¡¿Que encima tienes la desfachatez de contestarme, de desobedecer a la autoridad?!
- Yo obedezco a quien me infunde respeto, no a un chucho rabioso.
La cara de Logan fue tomando un matiz rojo que no me gustaba nada.
- A lo mejor lo que necesitas es pasar una noche en las celdas de comisaría.
- Hoy no puedo, tengo que ir a trabajar y ya he faltado al turna de mañana. Mejor otro día.- Sonrió con sorna Lilith mientras dejaba los utensilios para recoger basura a un lado y salía corriendo de allí.
Logan, desconcertado por lo que estaba pasando, salió detrás de ella lo más rápido que pudo para no perderla, pero yo sabía perfectamente que si ella quería nunca sería encontrada.
Yo me quedé con el resto de presos, que una vez terminado el trabajo se fueron uno a uno, cuando el amigo de Lilith se iba a ir lo detuve llamándolo para que se acercara a mí. Tenía unas preguntas que hacerle.
- ¿Cómo se llama la chica que estaba contigo?
- Anacleta.- Me contestó simplemente. Mi ceño se frunció ante la mentira y lo fulminé con la mirada, usando ese don que le impedían a las personas mentirme.
- Lilith...- Volvió a hablar en un susurro.
- ¿Cual es vuestra relación?
- De amistad, ella sigue empeñada en que no quiere acostarse conmigo.- Gruñí ante eso.
- ¿Cómo puedo encontrarla?
- Nadie puede.- Me contestó con una sonrisa para marcharse de allí rápidamente sin poder detenerlo.
Maldita sea que tenía razón nadie puede encontrarla a menos que ella lo desee. Pero juro como Guardián que soy que te encontraré Lilith, no pienso perderte de nuevo.
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Ángel del Infierno
FantasyEn un mundo repleto de criaturas sobrenaturales que conviven día a día con los seres humanos es necesario que alguien mantenga la paz entre razas. Los guardianes, es decir, mi hermano mellizo y yo. Nosotros tenemos la habilidad de manejar los cuatro...