Capítulo 11- Embarazada...

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     Manuel, que se había colocado de cuclillas a su lado abrió poco a poco los ojos hasta que casi se salieron de sus órbitas, cuando escuchó a la pelirroja blasfemar. Se levantó del suelo y tapó su boca con una mano, sintiendo como si toda la sangre se saliera de su cuerpo. Nicole se levantó del suelo, tan pálida como él y lo miró a los ojos, mientras éstos se llenaban de lágrimas. Intentó acercarse a Manuel, levantando las manos para tocarlo, pero él se alejó de ella, observándola fulminante.

-No puede ser...-escuchó que susurraba, dándose la vuelta y saliendo del baño. Manuel se paseó por la habitación pasándose las manos por el cabello, mientras la pelirroja venía tras de él en un intento de hablarle, su voz femenina temblaba y las lágrimas silenciosas corrían por sus ojos.

-Yo...olvidé tomarme la píldora en una ocasión, de verdad lo siento, compré la de emergencia, no puede ser que esté...

-Embarazada...no...no...-Negó con la cabeza deteniéndose en seco. Nicole lo ojeó atemorizada- ¡No puedes estar embarazada! –Se giró para enfrentarla, dio dos grandes zancadas con sus piernas largas y en un nanosegundo estuvo frente a ella. Nicole lo observó dejando salir las lágrimas, temblando de pánico- ¡Eres una irresponsable!

-Manuel...-Pero no terminó de hablar, Manuel volvió a alzar su voz acallándola.

- ¡No me jodas Nicole! ¿Por qué me haces esto? ¡No puedo ser padre! ¡No ahora! ¡Maldita sea!

- ¡Manuel! ¡Cálmate! ¿Crees que quiero ser madre ahora? –Fue su turno de levantar la voz, pese a estar presa del miedo. Manuel la miró con la respiración agitada, negó con la cabeza y se giró para alejarse una vez más de ella, encaminándose al baño una vez más.

- ¡Sólo me traes malditos problemas, Nicole!

     Se encerró en el cuarto de baño dando un portazo tras sus espaldas. Nicole saltó en su sitio sobresaltada por el fuerte sonido, mientras su corazón se partía en pequeños pedacitos, otra vez él la había herido. Dolida por sus palabras, temerosa por la posibilidad de estar embarazada, en un país desconocido; sin su familia y sin el dinero suficiente para regresar a Estados Unidos, y enojada por el comportamiento de su novio, cogió su ropa, se la colocó y luego salió de la habitación.

     Manuel estaba sentado en el borde de la bañera ovalada, con el cuerpo inclinado hacia adelante, los codos apoyados en sus muslos y las manos cubriendo su rostro. Su corazón latía de prisa a pesar de que su respiración se estaba tranquilizando, sentía toda su fisonomía temblar y un sudor frío cubría su nuca y frente ¿Por qué mierda tenía tanto miedo? Nunca antes, ya en su adultez, había sentido tanto miedo ¿Qué coño le estaba ocurriendo?

¡No podía ser papá! ¡No él! ¡No como era! ¡No en aquel momento!

     Sintió tanto molestia por Nicky, que no le importó escuchar la puerta de entrada del apartamento cerrarse con dureza. Ella se había ido y para él en aquel instante, era un alivio. No se veía capaz de verla ahora, de sentarse a hablar, nada...

    Estaba consciente de su comportamiento canalla, Sin embargo, el pánico lo había apresado y no podía controlar sus actos. Sabía que la había herido con sus palabras, pero la ira que sentía lo cegaban a tal punto de parecerle bien haberlo hecho.

     Se levantó del borde de la bañera y lavó su rostro con agua fría en el lavabo. Se miró unos segundos en el espejo y respiró profundo. Tenía que ir a trabajar, ya pensaría después en una solución para el dichoso embarazo. Se duchó, vistió y salió cuando Ithan pasó a por él.

- ¿Todo bien? –Interrogó el rubio observando de reojo a su primo, que no estaba alegre como solía, más bien se mantenía en silencio mirando pensativo por la ventanilla del auto.

Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora