A Jimin le encantaban de sobre manera los besos de nuez, esas pequeñas galletitas espolvoreadas eran las mejores. Él no era muy bueno comiéndose aquellas galletas ya que siempre terminaba ensuciando la comisura de sus labios pero eso no le importaba absolutamente nada.
- ¡Chim!- llamo su amigo Namjoon que se encontraba junto a su novio Jin.
- Hola chicos.- saludo llegando a ellos.
- De nuevo estás comiendo éso.- dijo Namjoon señalando sus galletas.
- Sí, quieres un beso.- dijo refiriéndose a sus galletas.
- No gracias así estoy bien.- respondió negándose.
- Yo sí quiero una galleta.- dijo Jin y Jimin extendió su bolsita de galletas.
- Gracias Jiminie.- dijo Jin mientras mordía la galleta.- Ya debemos irnos a clases.- aviso y los dos asintieron.
Jimin se terminó sus galletas antes de que comenzará la clase y arrugó la envoltura para tirarla en el cesto de basura. Jin y Namjoon se fueron a sus clases ya que ellos eran clases superiores a las de Jimin.
- Hola Mini.- saludo su compañero de clase Taehyun.
- Hola Tae.- respondió Jimin sacando su cuaderno.
- ¿Que me vas a regalar mañana?- pregunto animadamente él de sonrisa cuadrada.
- ¿Mañana?- contestó confundido al no recordar que se celebrará, ¿A caso era el cumpleaños del azabache?
- Sí, por el día del amor y la amistad. O acaso, ¿No soy tu amigo?- hizo un puchero el cual lo hizo ver tierno.
- Oooh.- respondió al recordar la fecha.- Lo siento se me ha olvidado, pero prometo que si te traeré algo.
- Es broma Mini.- río.
- No importa Tae, mañana te traeré un regalo.
- No tienes porque, pero si lo vas a hacer yo igual.- Jimin río y pocos minutos después su profesor llegó.
Todos pusieron atención en él profesor y así comenzaron sus clases.
El día fué muy lento y aburrido, además Jimin no se concentraba al 100 en sus clases y todo por cierta persona que mantenía ocupada a su cabecita loca y cierta persona se llamaba Jungkook. Ese chico que una vez le compro esas pequeñas galletitas para calmar su llanto, ese recuerdo jamás se borra de su mente.
Se encontraba un pequeño Jimin de 7 años sentado en un columpio de el jardín de niños completamente solito. Sus pequeñas manos intentaban ocultar las lágrimas que brotaban de sus pequeños ojos.
- Hola.- Jimin escucho una voz que ignoro por temor a que se burlara de que estaba llorando.
- ¿Por qué lloras?- volvió a hablar aquella persona.
- ¡Vete!- intento gritar pero sus voz salió entrecortada.
- Si no quieres decirme no lo hagas pero ya no llores, no me gusta ver a las personas llorar.- dijo de nuevo esa persona que Jimin no se atrevía a ver.
- Si te vas a burlar de que...de que estoy llorando mejor ve...vete.- pidió Jimin.
- Pero yo no me voy a burlar. Mi mamá dice que cuando un alguien llora debemos hacerlos sonreír y eso haré yo.- dijo con seguridad y Jimin miro por primera vez a aquel niño con los dientes de enfrente ligeramente grandes como los de un conejo y eso le causo mucha ternura.
- ¿Qué te pasó?- volvió a preguntar Jungkook.
- Unos...unos niños dijeron que soy...gor--do.- Jimin agachó su cabeza avergonzado.
ESTÁS LEYENDO
Besos de nuez
RomanceA Jimin le encantan los besos y Jungkook ama dárselos... Especial San Valentín (atrasado)