Dos semanas y media, ¡Ah, casi tres semanas!
Se repetía Laura no muy convencida, mordía sus uñas ansiosa tratando de no decir lo que estaba pasando pero ya era demasiado, escapó de su colegio, directo a la universidad de su hermano, decidida a contarle a sus amigos lo que pasaba sabiendo que ellos ni enterados de la relación, nerviosa, algo sudada y cansada llegó a la cafetería de la universidad sin problema diciendo que vendría a ver a su hermanos, dio sus datos y la dejaron entrar.–Digan limón– dijo Laura cuando vio a todos los chicos sentados menos a Samuel y Matt, se había acercado a ellos mientras que sin entender dijeron todos juntos.
–Limón
–Samuel y Gabriela tienen una relación– se maldijo en un susurro cuando se dio la vuelta por las miradas de sus amigos viendo a Matt con un semblante serio, sin reacción.
Matt
–Digan Limón– ¿que hacia Laura acá?, que yo sepa Samuel no vino hoy para verlo, o no se, yo no lo he visto.
–Limón– todos me sacaron de mis pensamientos cuando lo dijeron y llegue detrás de Laura con un sandwich en mis manos y un jugo.
–Samuel y Gabriela tienen una relación– mi mirada estaba perdida, sentía un gran apretón, ¿oyeron eso?, fue mi pequeño corazón romperse en mil pedazos.
–S-Samuel, é-él, e-ella, no...– mire a Laura después de un rato, estaba buscando un tipo de información pero a lo que atinó fue a darme un fuerte abrazo el cual, con casi todas mis fuerzas agradecí con pequeñas lágrimas amenazando salir.
Vi a lo lejos a Samuel, y era verdad, estaba con ella a lo lejos, bastante a decir verdad, ¿cómo no me di cuenta qué mi mejor amigo y chico que me gusta estaba de novio y por eso no me dirigía la palabra?
–Pensé que estaba enojado conmigo– fue lo que alcancé a decir, ya que por un impulso deje las cosas que había comprado en mi bolso caminando rápido hasta ellos donde estaban sentados. –¡y no me contaste!– dije entre-cortado dejando ahora escapar unas cuantas lágrimas, Samuel se iba a levantar pero Gabriela no lo permitió.
–Yo, te lo iba a decir, te lo juro, por nuestra amistad– al escuchar lo último, abrí un poco más mis ojos.
–¡Y juras con nuestra amistad!, Samuel, maldita sea, siempre nos contamos todo, no puedo creer que te hayas guardado algo tan importante, ¿desde cuando?– pregunté después de unos minutos sin hablar.
–Dos semanas... Casi tres– susurró por lo cual me puse a sollozar frente a ellos, llegó Bonnie asustada abrazandome y detrás todos los demás, último Laura.
–Dos semanas, casi tres– repetí sin creerlo. –ya..., ¿Y tú me querías contar cuando ya se hubieran casado en secreto con diez años de relación y esta tipa embarazada?– miré dolido a Samuel el cual estaba con ojos brillantes y me acerque un poco dejando mis manos en la mesa, tal vez estaba en su derecho, no creo que haya sido de su incumbencia o el mejor momento para hacerlo, pero sentí una fuerte cachetada en el lado derecho de mi rostro, había sido su novia, me quedé mirando hacia la izquierda por lo fuerte que había sido, solté una risa pequeña y limpie mis lágrimas aún mirándolos.
–¡Samuel se puede guardar algunas cosas, por si no sabías!
–¡Samuel es mi mejor amigo, lo conozco más que tú, lo quiero de verdad, nos contamos todo, fue como un pequeño pacto!
–James, Michael...– vi de reojo que los chicos negaban.
–¿Tampoco nos contaste a nosotros?, sabes que no hay secreto entre los amigos, y menos si son de amor, estamos para apoyar, pero te guardaste todo, no creo que sea lo mejor sabiendo lo que pasa– James me sorprendió bastante al oírlo decir eso.
Mi mejilla estaba roja y me puse serio, Samuel estaba apunto de decirme algo pero Gabriela lo calló dándole un beso en los labios mirándome fijo y se separó.
–Adiós– susurre molesto corriendo por los pasillos, varios compañeros habían visto la escena que había formado, lo bueno que ninguna autoridad se pasó por ahí. –Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, ¡mierda!– grité mirando el espejo del baño estaba echo un asco, así que atiné a buscar mis cosas e irme, seria lo mejor, salí por detrás ya que había un agujero en la reja y sentí a todos los chicos seguirme, los mire asombrado pero solo sonrieron tratando de darme ánimos. –Gracias...–en cuanto dije eso, me acerque a ellos rompiendo a llorar nuevamente.
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Mi Mejor Amigo.
RandomEnamorarme de mi mejor amigo no fue tan simple, ni muchos menos por la razón de ser hombre, pero, ¿que me importa a mí?, al parecer soy alguien muy directo, según mi padre, y según mi madre alguien muy sensible, capaz de decir todos sus sentimientos...