4: "compras"

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Y tal vez, era verdad, estaba estresado, estaba feliz, estaba... Bipolar, como siempre, en unos instantes reía, en otros me quedaba serio y creo que se ha notado bastante, el grito de todos los chicos me hizo reaccionar y tomar lo suficiente, Bonnie, Selena, Charlie y Laura iban abrazadas como unas totales borrachas, a excepción de que no lo estaban, se comportaban como unas, en cambio los chicos y yo íbamos muy atrás.

–cualquier cosa, no venimos con ellas– susurró Michael y solté una pequeña risita a lo que los chicos empezaron a hacer muecas raras y de asombro, un círculo a mi alrededor caminando medios raros, lo que me hizo cruzarme de brazos.

–¡te reíste!, esto es nuevo– James fingió sorpresa

–no venimos con ellos– oí decir a Charlie al ver a los chicos, solo rodé los ojos divertido estando en medio de los tontos haciendo monerías, le pegué despacio a cada uno de ellos en sus brazos por lo cual me llevé un regaño y un abrazo de todos.

Habíamos, después de unos quince minutos caminando, llegado a nuestro bello destino, el mini-market, Laura tomó un carrito llamándome, y sabía lo que quería así que me subí a este siendo manipulado por ella, me paré en este como un pirata dirigiendo su gran barco.

–a las frituras, empecemos por ahí

–¡a la órden, capitán!, ya lo oyeron, a las frituras.

Me senté temiendo mi vida a caer por como Laura llevaba el carro, estaba lleno de bolsas con fritura sobre mi.

–¿y ustedes creen que nosotros traemos dinero para alimentar a doscientas personas?

–no, pero si quieres alimentar a– comenzó a contar a los chicos y a mi –ocho personas, creo que necesitaremos mucha más, aparte de cerveza y cosas dulces, ¿no crees?

Terminé asintiendo para salir con mucho cuidado, estaba apunto de sacar mi pierna pero Laura con su poca paciencia movió el carro haciendo que me tambaleara un poco y antes de caer al suelo y romperme entero Samuel me agarró del brazo mientras todos estaban expectantes.

Beso, beso, beso, beso, ¡beso, beso!– cantaron todos juntos a lo que Samuel rodó los ojos dejando un beso en mi mejilla y yo... Yo estaba rojo como un tomate, mientras todos bugfanban fui en busca de algunas cosas dulces y pues, creía que no faltaba nada, sentí que alguien silbo y al darme la vuelta Michael fue quien llamó mi atención. –Ustedes vayan por las cervezas, nosotros iremos a la fila, saben cuales son las que nos gustan, ¡oh, bebidas y jugos también!– gritó llevándose miradas de todos lo cual me avergonzaba más.

Todo pagado, todo en nuestras manos, todo alrededor de la fogata que ya estaba encendida, no tenía tanta leña lo cual hizo que no estuviera tan fuerte.

Después de comer casi todo, estaban listos para irse a dormir, no creía que iban a ser posible, solo con algunas cosas el estómago de mi hermana y el mío creo que estaban por estallar, pero ellos se habían comido ya los seis paquetes de los diez que habían comprado.

–Buenas noches– todos me respondieron al unísono excepto los chicos los cuales me siguieron para poder dormir, según ellos, teníamos que hablar, hace mucho no lo haciamos, botellas de cervezas después de unos treinta minutos estaban tiradas a los lados, reíamos sin parar y vi como las chicas ya se iban a dormir, hice un gesto con mi boca tomando mi saco de dormir dispuesto a lo anterior, por qué si ellas después alegaban de ruido, no sería yo.

🐥°🐥

No se cuantas horas habrán pasado, solo sé que mi boca está completamente seca y unos brazos en mi cintura no permitía que me moviera, traté de ver de quien se trataba pero no pude, genio, está todo oscuro, volví a mi posición tratando de volver a dormir lo cual no me costó mucho tiempo.

–Mierda, nos haz asustado, ¿que haces despierto, que hora es?– Bonnie salió junto a Charlie de la carpa con una de sus manos en su cabeza todas despeinadas y mal maquilladas, reí apuntando la mesa que estaba a unos pocos metros dejando ver las pastillas y botellas de agua.

–desperté por la luz, vi que todos dormían así que no hice nada más que ir a buscar botellas y algunas pastillas para el dolor, y son las diez y media de la mañana– respondí simple devolviendo la mirada a mi libro.

Cuando ya todos estaban despiertos después de ayudarnos a ordenar y limpiar se despidieron felices agradeciendo el gran fin de semana diciendo que solo dormirian, si me pagaran por escuchar eso.
Michael se quedó en casa ya que quería hablar con Selena, no se lo negué restándole importancia mientras me despedía con una sonrisa caminando a la habitación de mamá, la cual estaba sola ya que mi padre estaba en un viaje de negocios, si claro.

Ella abrió sus brazos mirando aún la televisión y es que me daba bastante risa verla a ella con la vista pegada viendo la rosa de Guadalupe, no sabía que ella hablaba español pero hace unos meses me di cuenta haciendo que ella me enseñara.

Las horas pasaron rápidamente y fue hora de irme a la habitación, en cuanto salí de la de mi mamá, vi a Michael recién saliendo del cuarto de Sel lo cual me dejó desconsertado, una ducha, música, y total tranquilidad fue lo que necesité para después ir a dormir, mañana era lunes, un nuevo día y una rutina que proseguir.

Mi Mejor Amigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora