VIRUS V: GUERRA DE SANGRE Y IAH

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Observo el holograma poniendo suma atención en nuestros rasgos y corroboro lo que ya me temía. Mi piel envejecida solo acentúa más las cicatrices de la guerra de sangre y IAH.

Recorro con mi mano una de ellas y me regocijo ante el recuerdo de estos veinte maravillosos años. Agradecida por todo este tiempo extra, me pregunto cómo habría cambiado nuestra vida con la llegada de un pequeño milagro, aunque tenga por fin asumido que nunca llegará.

Y mientras comienzan a aparecer mis primeras arrugas de cuarentona, mi amado Romeo sigue exactamente igual que veinte años atrás, cuando la juventud todavía nos acunaba con sus curiosos e ingenuos brazos.

Pero ya no somos críos y el tiempo no suele perdonar a nadie...

Su gélida mano apenas roza la mía en su trayectoria por apagar el dispositivo.

- Espera. - susurro observando el reflejo virtual de sus ojos.

Poco a poco, vuelvo a repasar su perfecto rostro con la mirada y poso mi mano sobre la suya guiándola hacia su destino, el botón de la derecha. El doble pitido resuena en la silenciosa habitación y nuestro reflejo se desvanece dejando las preciosas vistas del atardecer.

- ¿Cómo lo haces? - le pregunto dando media vuelta para poder observarle.

- ¿Hacer qué? - me reta con su brillante sonrisa.

- Ocultar el paso del tiempo en todo tu cuerpo, ¿Cómo lo haces?

Su expresión cambia de divertida a preocupada. Se rasca la mandíbula a medio afeitar y con ese gesto siento como algo se interpone entre los dos. Oprimo mis ganas de llorar y espero pacientemente a que obtenga el valor necesario para revelar lo que sé que me está ocultando.

- Contraje V a mis veintiún años, en 1982. - me quedo sin aliento y sus palabras resuenan una y otra vez, creando un bucle agobiante en mi mente.

Analizo cada detalle extraño o llamativo de mis recuerdos de toda nuestra relación y siento que por fin todo cobra significado.

Su aparente fascinación por el Spelum, que reemplaza con hologramas los espejos tradicionales, sus escapadas furtivas en la noche, su estricta y sofisticada dieta, su cuerpo frío como el hielo...

... su imposibilidad de fecundarme.

Tantos años intentando crear una familia, tantos años manteniendo la esperanza, la ilusión, tantos años siendo engañada por el que era mi héroe.

- Juliet, - susurra dulcemente intentando abrazarme - respira.

Me dejo arropar y posa su mano sobre mi mejilla. Su fina piel de porcelana roza suavemente la mía y entro en un familiar letargo.

Rememoro cada uno de los casos más famosos de asesinato y violencia contra los humanos, causados por el denominado virus V, quien hizo realidad, de una forma muy macabra, las típicas fantasías de una adolescente.

Afortunadamente y gracias a la llegada de las nuevas tecnologías en IAH (Inteligencia Artificial Humanoide), la guerra finalizó con el exterminio de aquella aberración de la naturaleza, así como del virus, dejando a su paso un nuevo mundo sano y seguro en el que vivir en paz. O al menos eso creía.

- ¿No eras un capitán de las tropas de IAH, verdad? Eres un, un... - le pregunto con lágrimas en los ojos.

-Vampiro. Si, lo soy. Y no era capitán, robé el uniforme de un cadáver para poder sobrevivir. - responde con pesar, sujetándome con más fuerza.

Aquel joven apuesto de cabello lacio y ojos brillantes, manchado de barro y sangre, aquel capitán que salvó a una simple rastreadora, era una mera ilusión, una mentira.

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⏰ Last updated: Feb 21, 2018 ⏰

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