13. Recompensas Dudosas.

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Las luces me cegaban mientras los estilistas se ocupaban de que mi imagen fuese apropiada para el desfile de los tributos, pues según ellos me veía como un vago del capitolio, parecían moscas revoloteando a mi alrededor.

- De donde te saco el señor tenebroso querido? - Dijo una tal Rita Skeeter - Pareces bajado del cerro, ja ja ja - Me sentí avergonzado por un momento, pero luego recordé lo vacía que podía estar su cabeza.

Me quedé en silencio y la deje hacer su trabajo, mientras que otras dos chicas me arreglaban las uñas, y me depilaban el vello facial y de las piernas.

- Por que estoy aquí? - Pregunté en dirección a un hombre de cabello rizado y dorado como el sol, llevaba una túnica color lavanda y en su mano una varita muy larga, con la que hacía florituras para conjurar los hechizos. Había algo divertido en el.

- Un placer conocer al favorito del señor tenebroso, tus hazañas se comentan en todos los rincones del capitolio. Mi nombre es Gilderoy Lockhart, seré quien diseñe tus trajes y el jefe de tu equipo de preparación. Rita por favor comienza con su cabello, es un desastre.

Pasaron lo que parecieron unas dos horas a mi alrededor, Rita froto mi piel hasta dejarla roja, y recortaron mi cabello al estilo del capitolio, me maquillaron con sombras alrededor de los ojos en formas semejantes al humo. Cuando vi mi imagen en el espejo, me lleve una gran sorpresa porque mi cara no era ni blanca ni negra, sino una mezcla de ambas, tenia cierto aspecto sombrío.

Entonces llegó a mi la razón, Voldemort quería que la protagonista de este evento fuese la muerte. Para el valían los que ganaban porque serían sirvientes de la muerte en este mundo.

Gilderoy me llevo a un cuarto que quedaba justo debajo del centro donde esperaban los tributos para salir al desfile, allí me esperaba un chaleco Negro con detalles en plateado y gris, y unos cuantos ribetes de piel de serpiente que se enroscaban por las mangas. Del resto eran unos vaqueros ajustados a las piernas, con los mismos ribetes de piel.

- Esto es una obra de dioses querido, créeme, la piel es verdadera - Dijo el estilista lleno de orgullo y de repente, se puso a llorar.

- Está muy bien hecho, espero que el de Lily sea muy parecido, nos veremos excelente juntos, pero ya no puedo esperar a entrar en la arena.

- La verdad - Dijo Gilderoy sacándose una lágrima - No quisiera estar en tu lugar. Cambiarán tu forma de pensar, te lavaran el cerebro, ya sea con torturas o control mental, pero lo harán, te quitaran todo lo que más amas, tu amada, cuidala.

De pronto la puerta se abrió de golpe y entraron en tromba, Bellatrix, Rowle y Dolohov. Le dieron unos cuantos golpes y lo dejaron en el suelo.

- James querido! Que tal te va? - Me dijo Bellatrix pero se detuvo ante mi cara de sorpresa, estaba pasmado - Ah eso, si son sólo negocios. Jajaja, ahora viene tu contrato, matalo! - Tenía una sonrisa demente en su rostro, pero había algo que me inspiraba confianza.

Baje la mirada y me encontré con la de Gilderoy, pidiendo piedad en un suspiro silencioso, pude ver lo más profundo de su alma con solo sostenerle la mirada.

- ¡Avada Kedavra! - Sus ojos me seguían viendo pero sin la misma luz en ellos, aquel brillo que los caracterizaba se había esfumado con el solo movimiento de mi varita.

- Así me gusta, buen trabajo cielo, ahora termina de vestirte, estas divino, si vieras a Lily. Enseguida viene otro jefe de preparadores que te acompañará a la plataforma del desfile.

Salieron de la habitación dejándome con el cadáver de Gilderoy, no me sentí mal al respecto, al contrario, estaba satisfecho por haberlo hecho sin dudar al respecto, eso me iba a ayudar en la arena. Si quería ganar esto debía sacar todo sentimiento de culpa o pena de dentro de mi, y este era justo el momento para que Lily y yo nos lucieramos ante los ojos del señor tenebroso.

Los Dias OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora