Mirate una vez más y dime si no te arrepientes de dejarla ir, verla bajar del colectivo a las 2 de la mañana, ella no te dice nada pero en el fondo sabes lo que quiere porque sólo tú la entiendes, sólo ella te entiende y por eso se tiene que bajar sola a la madrugada. Ya no importaba nada, esa noche de pasión y amor fue la despedida más fácil de olvidar, sin orgullo pasajero, sin miedo de decir adiós por última vez, esa noche fue el momento más sincero de los dos. No éramos eternidad era un simple final y el principio más difícil de empezar.