I'm Yours

Sehun se colocó los cascos, subiendo el volumen antes de coger el ramo de flores que tenía sobre la mesa que tenía a su izquierda. Se inclinó levemente para olerlas, sonriendo antes de terminar de colocarse el pelo con una mano,colgándose su mochila y saliendo después de su casa. 

Empezó a andar, moviendo levemente la cabeza al ritmo de la música que iba escuchando, sin prestar demasiada atención a lo que pasaba a su alrededor, y es que ese camino ya lo hacía por instinto.

Una sonrisa fugaz se dibujó en su rostro cuando pasó frente a la cafetería. Esa cafetería en la que, se atrevía a decir, que había pasado algunos de los momentos mas felices de su vida, junto con su casa, esa en la que ahora pasaba más horas de las que le gustaría admitir. Miró por la cristalera de esta, viendo alguna cara conocida y mirando sin poder evitarlo a su mesa. Sonrió de nuevo, esperando ver la cara de Jongdae, quizá leyendo algún libro de poesía de esos que tanto le gustaban y que, a Sehun tan poco. Porque al pequeño de la pareja siempre le habían gustado mas los libros de acción y fantasía, dejar volar su imaginación y perderse entre las páginas de un libro, viviendo en un mundo que no existía. Porque siempre se le había dado mejor evadirse que afrontar la realidad. 

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  —  ¡Para! —  exclamó Jongdae justo antes de dejar escapar una sonora carcajada de esos labios que, honestamente, volvían loco a Sehun —  ¡Te estoy diciendo que pares! —  el mayor de los dos apretó contra su estomago el cuaderno que tenía en las manos y que Sehun intentaba alcanzar.

  — Vamos Jongdae... Chen.. Por fi.. Déjame leer tus poesías —   hizo un pequeño mohín con la boca, estirando la mano hacia el cuaderno. 

Jongdae negó efusivamente — Nunca has entendido la poesía — protestó — ¿Qué te hace pensar que la mía la vas a entender? Además, no son muy buenas.

  — Tonterías, siempre encuentro la manera de entenderte, por eso llevamos 3 años de preciosa relación — dijo el menor de los dos —  porque nadie te entiende como yo —  añadió con una sonrisita.

  Jongdae sonrió y le dio un casto beso en los labios —  Casi 4 años —  puntuó el mayor de los dos.

  —  Casi 4 años —  repitió Sehun, y apareció en su cara esa sonrisa de idiota que a Jongdae tanto le gustaba. El mayor se apresuró en capturar los labios del más pequeño con los suyos. 

—  Podrás leer mis poesías algún día —  dijo antes de besarle —  Pero no hoy. 

Sehun tenía toda su vida planeada junto a su amado Jongdae: Una casa, un coche nuevo, su perro (Ese que Jongdae le regaló antes de que fueran novios) y sobretodo su boda, con cientos de rosas blancas y azules, las favoritas del mayor. Le pedirían a su amigo de infancia, Kyungsoo, el que les presentó, que cantara en su boda y sobretodo, que fuera uno de los testigos. 

Porque tanto Sehun como Jongdae habían renunciado a sus familias para poder estar juntos, se tenían el uno al otro. 

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Pasó de largo la cafetería, ese día no iba a reunirse con Jongdae ahí, hacía ya mucho que no iban a ese sitio, en el que tuvieron sus primeras citas como si fueran adolescentes. Y eso que el amor había tocado sus puertas un poco tarde, cuando Sehun cumplía los 22 dio el paso de declararse a su mejor amigo de toda la vida, que sorprendentemente le dijo que si, y emprendieron su camino juntos, sin separarse. 

Sehun tragó saliva, pasando la canción, intentando no pensar demasiado en todos esos detalles. Por fin Sehun se reuniría con Jongdae, después de tanto tiempo.