38.- Inesperado

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Por favor, recuérdenme agregarle unos cuantos ceros a la cuenta de mi jefe.

Por aceptar "trabajar" un poco en casa a la hora de la salida, justo ahora estoy en la entrada con llaves en mano y el estómago rugiendo por el hambre. Empapada hasta... los dedos de los pies por culpa de un conductor gracioso que aceleró al pasar junto a mí y el enorme charco de agua de la esquina.

Se preguntarán porqué culpo a Erick.

Como "habíamos acordado", llegamos a casa para trabajar un poco. Pedro prefirió irse en cuando supo que su ex-amigo estaría presente y no pude convencerlo de lo contrario.

Todo iba bien, hasta que Lili llegó un poco más tarde y decidió ver un poco de televisión en la pequeña sala, donde casualmente intentábamos trabajar. Erick no hacía más que tartamudear y decir cosas sin sentido, ah... y de babear cada vez que miraba las piernas descubiertas de Lili que se dejaban ver bajo su falda tubular.

Pasados unos minutos en los que mi jefe no paraba de contemplar a la morena tendida en el sillón, mi teléfono recibió un mensaje inesperado:

"¿Te dije lo linda que estás hoy?"

Recitaba el mensaje, rodé los ojos antes de responder.

"No, y a lo que me vayas a pedir: NO"

Respondí dejando de nuevo el celular a un lado, el segundo mensaje no tardó en llegar:

"En la cafetería del parque que tanto te gusta... tengo crédito ILIMITADO  ;)"

"...Regreso en una hora"

No podía hacerme la difícil si me chantajeaban con algo tan sagrado como la comida. Me despedí con una excusa poco elaborada, pero creíble según yo. Tomé las llaves que colgaban junto a la puerta, y prácticamente corrí hacia ese maravilloso lugar que no visitaba hace un tiempo. 

Todas mis ilusiones se vinieron abajo en cuanto el letrero de "Cerrado" que colgaba en la puerta quedó frente a mi nariz.

No tuve más opción que buscar una banca en el parque y distraerme viendo a los niños correr de un lugar a otro. No traía dinero, compañía, ni mi celular para distraerme.

¡Rayos! fue la espera mas aburrida del mundo, tuve que calcular el tiempo para volver. Lo que pasó de regreso ya lo saben. Debí buscar a Pedro en lugar de quedarme sola en el parque.

Entro lanzando unas cuantas maldiciones por mi mala fortuna, doy un vistazo a mi alrededor y no encuentro a nadie, seguramente Iza no ha llegado y ese par se desapareció. Camino directo hacia el baño para tomar una ducha rápida y deshacerme de este olor tan... desagradable.

Cuando por fin puedo estar decentemente limpia y he comido lo que encontré en el refrigerador, termino de hacer una trenza imperfecta en mi cabello mientras me dejo caer en el colchón y morfeo hace de las suyas.

...

Es sábado por la mañana, los días pasaron como agua escurriéndose entre mis dedos.

_Pedro..._  jadeo para recuperar el aliento  _Ya no puedo_  con el dorso de mi mano limpio las gotas de sudor que caen por mi frente.

_¿Es enserio?_  se queja burlón  _Pero si apenas estamos empezando_   aparta de golpe las gotas que resbalan en su sien.

_Ya... por favor_  suplico, creo que mis piernas no soportarán ni un segundo más el peso de mi cuerpo, siento mi visión nublarse y cierro con fuerza los ojos  _¡Detente!_   grito para intentar convencerlo.

Amor DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora