Flor de Cerezo

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Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama

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La observó deambular dentro de los cuarteles de la Legión. En solitario, como ya era costumbre en los últimos meses. La observó, con la habilidad de reconocer cada uno de sus movimientos: Sus pasos al andar, su mirada melancólica, el sutil movimiento de sus cabellos oscuros. No era algo que él hubiese buscado, pero luego de tantos años de compartir a su lado como compañeros de tropa y camaradas, la había terminado por conocer demasiado bien.

Si alguien le hubiese dicho a Jean Kirstein que se convertiría en un sobreviviente, jamás lo hubiese creído. Estuvo tantos años tan cerca de la muerte, asechándolo, rozándolo, que el simple hecho de encontrarse hoy con vida, le parecía una situación casi irracional.

Pero lo estaba. Había sobrevivido a toda a esa espantosa pesadilla que tantos años torturó a la humanidad. Hoy podía vivir y disfrutar de todas esas cosas que la propia vida obsequia y que él jamás tuvo la oportunidad de aprovechar.

Recuperar su propia vida y su autonomía se había convertido en uno proceso lento y difícil. Podía estar vivo, podía disfrutar las cosas bonitas de la vida: El mar que jamás pensó conocer, una noche estrellada o un delicioso plato de comida caliente. Pero los dolores de la guerra no los lograba disipar, por más que lo intentara.

Diariamente, buscaba una razón que lo hiciera mantenerse de pie y seguir adelante.

La observó caminar con paso firme hacia la salida del gran edificio. Suspiró fuerte. A esas altura de su vida, no tenía muy claro qué relación tenía con Mikasa Ackerman. Con el paso de los años habían logrado acercarse como compañeros de escuadrón y entablar algún tipo de lazo amistoso. Para Jean, tener algún grado de cercanía con ella fue un gran desafío y algo que jamás pensó que lograría obtener, principalmente a causa de la gran cercanía que tenía ella con Armin y más aun, con Eren.

Ellos siempre fueron prioridad en su vida, las personas más importantes en su existencia. Y aunque eso siempre le causó resquemor e incluso hasta celos – En especifico hacia Eren - Jean hubiese deseado con todas fuerzas que ellos estuviera aquí presente, disfrutando lo que con tanto esfuerzo y dolor habían ganado.

Le hubiese gustado que las cosas fueran distintas por el bienestar de ella. Quería que estuviera bien, tranquila, que tratara de ser feliz. Sentía que se lo merecía más que ningún otro ser en la tierra. Pero cada vez que observaba sus ojos sumergidos en el lamento, reflejando la tristeza que albergaba, le parecía algo imposible.

No lo podía evitar, ver a Mikasa sufrir en silencio le dolía. Cómo un peso abismante que caía sobre su pecho, aplastándolo, presionándolo. Era un dolor incluso más intenso que el que sentía él, al amarla en absoluto sigilo.

Habían días en que despertaba con la sensación de que todo era producto de un capricho que nació en su adolescencia y que, como consecuencia de tantos años a su lado, había caído en una especie de "monotonía sentimental" causada por su constante presencia, por idealizarla quizás demasiado, por soñarla, por desearla.

Pero había otros días, en que sentía la frustración de no ser capaz de confesarle lo que realmente sentía, de no poder estar más cerca de ella cómo siempre lo anheló, de no poder sacarla de su cabeza, luego de tantos años. Y al final del día, eran esos últimos sentimientos los que predominaban sobre todas las cosas.

No pretendía revertir aquel estado sentimental al que había estado sometido por años. Y si bien, el conformismo era algo que se alejaba de todos sus principios, ahora parecía ser la opción más cómoda, una zona de confort en la que no se imaginó que terminaría.

Flor de CerezoWhere stories live. Discover now