Décimo Segunda Atmósfera

27 8 4
                                    

Octubre.19

Esa noche, el bar de mis vecinas estaba abierto, así que aprovechamos para ocupar una pequeña mesa de cuatro en donde nos sentamos todos.

Travis parecía querer huir lo más rápido que pudiera, estaba cansado y su cara se mantenía igual que siempre.

Andréa le había permitido a su hija pasarse el trabajo, ella se ocuparía de las mesas y la cocina. Aunque Naomi Twen no estaba del todo tranquila y siempre se paraba en busca de cosas que no tenían mucha importancia, se la notaba muy incómoda.

— ¿Quieres sentarte por favor, mi amor? Comienzas a estresarme. — le dijo Travis pinchando una papa frita con el tenedor.

Ella hizo lo que se le pidió, pero no se quedó quieta, miraba su alrededor constantemente tratando de evitar a toda costa el contacto tan cercano entre Connie y yo.

Ella me miraba con los ojos levemente entrecerrados ya que me estaba fijando demasiado en mi vecina, cosa que a Travis no le importó mucho porque estaba enfocado únicamente en su filete.

Connie le hizo un par de preguntas a Naomi que ella respondió con más respeto del que esperaba, sin embargo no habló con Travis.

La noche era preciosa, la luna se mostraba enorme en la cima del cielo iluminado de estrellas pequeñas. Los árboles se agitaban ligeramente con la brisa y desprendían las últimas hojas rojas, amarillas y naranjas del otoño. Unas cayeron sobre el cabello de Naomi, y me mordí el interior del labio para ocultar la sonrisa enorme que querían formar mis labios, se veía tan bonita y natural.

Naomi comenzaba a vestirse más normal y con más ropa, tenía un par de jeans oscuros, unas botas claras y un suéter muy fino color verde oscuro. Con las hojas rojas sobre sus cabellos rubios y ondulados parecía sacada de un cómic.

Ahora sí que Travis comenzaba a observarme como un mafioso.

Andréa no tenía más mesas por las que preocuparse, ya era tarde y hora de cerrar. Los motociclistas no habían dejado de venir, pero para un miércoles en la noche no era muy usual encontrarlos por aquí.

Naomi y Connie conversaban como si fueran mejores amigas de la vida, pero no les presté atención, sino que me concentré en la prisa que la madre de Naomi había utilizado para correr para contestar el teléfono dentro del Trailer. Luego, llamó a su hija con preocupación.

— Yo me largo, estoy harto de sus escándalos. — comentó Travis furioso cuando vimos que Andréa y Naomi lloraban abrazadas.

— Qué idiota. — comentó Connie, pero él no escuchó.

Naomi no contenía los gritos escandalosos y Connie me miró en plan de "¿qué demonios hacemos?".

Mi vecina rubia corrió por la acera sin dirección alguna mientras que Andréa le gritaba que parara.

— ¿Me llevas a casa? — preguntó Connie como si nada pasara lo cuál me molestó muchísimo.

— Debo ir con ella, lo siento.

Sin importar cuán estupefacta se encontrara, me levanté de la mesa y corrí tras Naomi con la mirada de su madre y Connie clavadas en la espalda.

Naomi me necesitaba más que ella en ese momento.

Atrápame en el siguiente otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora