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(Todo mi amor para la imagen.)

Tweek Tweak no era un demonio común.

Según los humanos le dicen, sería considerado un tipo de "rarito", todo por la flojera de los que lo crearon, bien sabemos que los demonios han sido creados por el mismísimo lucifer, el ángel caído de Dios, pues, digamos que hubo un accidente cuando trajeron a la vida a aquel lindo rubio, él no tiene las características que un demonio normal debería de tener, no cometía ciertos pecados a cada rato, era solidario, tímido, y admiraba a los humanos, si no fuera por el lugar de donde viene, uno pensaría que es un ángel.

Hasta con seguridad les diría de que es más bueno que el humano promedio, pero Tweek tenía su sueño de gobernar el infierno, y tenía a su buen amigo Kenneth, el cual de seguro le metió ciertas cosas en la cabeza, el de piel pálida sabía distinguir lo bueno y lo malo, y el mismo había aceptado que era de la raza de la maldad, hasta ciertas veces hiso cosas malas.

Aun así, Tweek es Tweek, si ese chico era ya de por sí demasiado nervioso, paranóico, y que no deja de temblar, ni se imaginan lo que sintió cuando su humano literalmente le dio a entender que ya tenía conocimiento sobre él.

Volviendo al presente, tras las palabras del de ojos azules, el rubio ni si quiera se percató que perdió toda su energía y cayó desmayado por una simple oración, fue como si de un golpe con un bate de béisbol le hubieran dado. Todo se había vuelto oscuro como él, por un tiempo indefinido, hasta que comenzó a abrir sus ojos lentamente, primeramente viendo borroso, pero unos momentos después logrando tener su vista en perfecto estado.

Lo primero que observó fue que se encontraba en el suelo, intentó levantarse pero sintió un dolor fuerte en su pierna, volteó a ver y se dio cuenta que había un metal rodeando toda esa parte, de seguro había sido bendecido con agua bendita, al ver más detalladamente su alrededor, se percató que se encontraba donde los humanos llaman... "cocina". Por un momento Tweek se quedó con un rostro de "Poker Face", osea, cuando cobró consciencia pensó: ¿Quién rayos pondría a un demonio en una cocina?

Pero unos momentos después, su rostro tornó en pánico al recordar lo que sucedió antes, ¡Su humano acaba de secuestrarlo! ¡Era su oportunidad y falló! ¡Ahora todos los demonios lo odiarían y nunca podría ser el próximo Lucifer!

Cuando pequeñas lágrimas empezaban a salir por parte del rubio, se escuchó el ruido de una puerta abrirse, rápidamente el pequeño demonio se talló los ojos y miró asustado la dirección de donde venía el ruido, fue escuchando pasos que cada vez se hacían más presentes, cerró sus ojos con mucha fuerza, esperando que sucediera lo peor, sin poder evitarlo empezó a temblar, los sonidos de las pisadas pararon y eso solo tensó mucho más  Tweek.

Pasaron unos segundos, inconscientemente empezó a abrir sus ojos lentamente, totalmente confundido, vio frente a sus ojos a su humano, Craig Tucker.

Este lo miraba con indiferencia, por alguna extraña razón sus ojos azules estaban muy brillantes, el rubio al poder ver más detalladamente al contrario, se dio cuenta que era alto, muy alto, también delgado, y conservaba un buen cuerpo, tras el último pensamiento, se sonrojó y se puso más nervioso de lo que estaba, ambos cruzaron miradas por un leve momento, pero entonces el pastor fue el que rompió el silencio.

— No voy a quemarte con agua bendita solo porque quiero que me des respuestas— Sonaba calmado, pero a la vez se sentía la fuerza con lo que hablaba, el cual obviamente asustó al menor, dándole un ligero brinco.

—¡¡Gah!! ¡N-No te diré nada! ¡Ngh!

El mayor se sorprendió demasiado por la actitud que optó el contrario, según la biblia y los sacerdotes, los demonios eran seres malvados, se mostraban seguros, seductores, y siempre harían de tu vida un infierno literalmente, pero algo había en este ser que le llamó la atención a Tucker, quitaba todos los estereotipos sobre los demonios.

—¿¿Eh?? ¿N-No vas a ¡Ngh! hablar?— A pesar de los nervios, el rubio intentó mostrar un rostro desafiante, aunque falló en el intento, intentaba mostrarse seguro pero lo de paranóico lo afectaba demasiado, lo cual el contrario lo notó.

El mayor no pronunciaba palabra alguna, pues estaba analizandolo más de cerca esa cabellera rubia, piel pálida, unas ojeras, un cuerpo perfecto que cualquiera sentiría envidia, casi sin nada de imperfecciones, y por unos segundos lo vio... atractivo.

—...—Iba a decir algo hasta que escuchó como alguien tocaba su puerta, rápidamente sacó una sábana y cubrió ágilmente al contrario—No te muevas—Susurró agachándose un momento, luego se levantó y fue a abrir la puerta a cierta personas, que el rubio rápidamente identificó por su voz.

—Ey Tucker, ¿Cómo va eso de ser pastor?— Ese tono de voz no era nadie más que su buen amigo, Kyle, ¿¡Qué hace aquí?!

—Por lo menos aprendí a soportar al estúpido de tu novio—¿Novio? Espera, ¿¡Kyle tiene novio!?

—Oye, no puedo dejar que hables así de él—El de cabello rojizo dijo eso mientras daba una pequeña risa, mientras que el contrario le lanzó un dedo medio—Nunca espere que alguien como tú terminara... Ya sabes, sirviendo a la iglesia

—Ni yo, pero supongo que esta será la manera de que pueda olvidar lo de ese día—El de cabello azabache puso una faceta de frustración por unos segundos, para luego cambiarla a la de siempre.

—Pasado es pasado Craig, estoy seguro que Thomas te perdonaría si siguiera aquí—¿Thomas? El rubio empezó a sentir un tipo de recuerdo al escuchar ese nombre tan familiar, sin embargo, no sabía de qué se trataba—Bueno, debo irme, recuerda que la promoción de la secundaria tendrá reunión en la casa de Butters el Viernes, no faltes

Finalmente, el de ojos verdes terminó dejando la sala de estar donde se encontraba hablando con el pastor, este dio un suspiro y cerró la puerta, pasaron unos segundos hasta que Tweek sintió como le quitaba la manta que lo estuvo "camuflando".

—¡Ngh! ¡¡E-Ese era Kyle!! ¡Es mi ¡Ngh! amigo! ¡Gah!—Rápidamente el de piel pálida lo miró con ojos suplicantes, lo que menos quería en ese momento era que su humano lo asesinara con agua bendita—M-Muchas veces estuve en e-este pueblo, ¡Ngh! Es s-solo que-

—Ya sé—Interrumpió el mayor con un semblante serio— Te ví por acá muchas veces, realmente no pensé que serías un demonio, pero aquella vez que te ví transformarte en el diablo en aquel callejón fue más que suficiente para confirmar mi teoría

Un golpe para Tweek.

—¿¡Eh!?— El menor sé quedó hecho piedra, su humano, el que debía enviarlo al pecado lo antes posible, sabiendo de su existencia mucho antes de que le asignaran, ahora si estaba muy jodido—¡¡Ahhh!! ¡¡E-Es mucha ¡Ngh! Presión!!— Inconscientemente empezó a jalarse desde las puntas del cabello, como si se intentara arrancar la cabellera.

El de ojos azules, al verlo en ese estado, no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer todo su cuerpo, muy extraño a decir verdad, por alguna extraña razón, sentía una inconformidad ver a ese demonio hacerse daño a si mismo, confirmado, este pequeño diablo si que rompió los estereotipos de su raza. Inconscientemente agarró suavemente uno de sus manos del menor y empezó a alejarlo de su cabellera lentamente.

El rubio quedó en un pequeño tipo de shock cuando su humano separó sus manos para que no se jalara más su cabellera, ¿¡Qué estaba sucediendo?! ¿¡Cómo de pronto su humano hizo algo para que deje de lastimarse?! Una tormenta llenó la cabeza de Tweek Tweak, no sabía cómo reaccionar, pensar, sentir, o actuar, simplemente lo observó completamente sorprendido.

—Eres un demonio demasiado raro... Pero no quiero mostrarte a los sacerdotes, no sé por qué...—Desvió la mirada, pensativo por un buen rato, luego volteó a verlo de nuevo a ese extraño diablo fuera de lo común—...Dime tu nombre—Habló frío, pero no se sentía la misma fuerza que hizo a Tweek asustarse, por alguna extraña razón, está sonaba algo cálida.

El demonio tragó saliva, no sabía que hacer en ese momento, pero finalmente sus nervios lo ganaron y contestó— Tweek...

H E L L F I R E || Creek AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora