Capítulo 6

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                                                                  [...]



—Oh, claro que puedo. He tenido lo mejor de lo mejor, la crème de la crème. Podría hacerte él chico más dulce de este lado de Seúl. Sé los trucos, qué funciona y qué no, mierda, sé cómo conseguir que su cabeza de vueltas.

Jungkook se inclina, sus ojos oscurecidos con el brillo de lujuria que he visto muy a menudo con los otros chicos. —Pero que hay de mí, ¿eh? ¿Qué me vas a dar a cambio?

Levanto mi teléfono, la aplicación de español queda directamente en su rostro y se echa hacia atrás, sorprendido.

—Clases —respondo—. Conoces mi GPA, puedo prometerte todo sobresalientes-

Levanta su rostro. —Así que te enseño como ser un puto chico sexy y ¿tú haces mis deberes? ¿Por qué no simplemente te vuelves mi tutor o algo?

—Eso sería muy largo —digo—. Soy capaz de hacer tu tarea mucho más rápido. Tomarse el tiempo de ser tu tutor solo nos haría perder nuestro tiempo.

—¿Y yo enseñándote como seducir no es una pérdida de mi tiempo?

—Necesitas tener buenas notas más de lo que yo quiero a este chico en particular.

—Ja. Dudo de eso seriamente, Guapura.

—Es un trato justo.

—Sí, pero eso hace perder de vista el objetivo. A ti obviamente te gusta mucho este chico ya que estás deseando hacer un trato conmigo, un tipo que claramente no te gusta. Si te enseño cómo ser alguien que no eres y se enamora de ti, ¡no sería del verdadero tú del que se enamora! Y eso es un mal comienzo en una relación. Y tú quieres que vaya bien, sabes, ya que te gusta tanto.

—Tu experiencia es lo que me interesa y no tus largas preocupaciones.

Me mira largo y con dureza, como si estuviera poniendo a prueba la dedicación en mis ojos, finalmente suspira. —Espero que sepas lo que estás haciendo, Guapura.

—¿Eso es un sí?

—Sí. Mierda, me voy arrepentir de esto. Pero sí. Vamos, no lo sé, venga. Que sea oficial. —Extiende su mano hacía mí.

—Voy a elaborar un contrato y haré que lo firmes conmigo y un testigo. Eso es más jurídicamente legal.

—Guapura, nada sobre esto va a ser legal. Vas a hacer los deberes por mí. Eso es un pequeño fraude contra la escuela.

Frunzo el ceño. No había pensado en eso.

—¿Todavía quieres hacerlo? —Sonríe—. Habla ahora, o calla para siempre.

Pienso en Namjoon; Namjoon, el único chico con el suficiente coraje para acercarse a mí, para hablarme de igual a igual, en lugar de como un despreciable alienígena o un trozo de carne. Namjoon, el único chico que alguna vez me ha sonreído, completándome con verdadera sinceridad. El único chico que hace que me sonroje.

Extiendo mi mano y la deslizo sobre la de Jungkook, cada uno de sus callos se encuentra con mi palma mi palma y dejan impreso un desconocido mapa de vida mucho más dura que la mía. Jungkook la sacude, y su sonrisa se amplía. Una gota de lluvia cae en el pavimento seco y luego otra, y otra. Jungkook se levanta y se estira, haciendo sonar su cuello.

—Bien, la lluvia va a terminar la fiesta. Vamos, te voy a llevar de vuelta al campus. Y podemos empezar ahí.

Le mando un mensaje a Tae para hacerle saber que me van a llevar de vuelta a casa mientras Jungkook me guía a su Toyota negro destartalado.

The education of Park Jimin (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora