ocho

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De pie en una casi desierta calle en la ciudad, con las manos hundidas en los bolsillos de mi pantalón y algún rapero llenando de fuertes y obscenos versos mi cerebro (bueno, más bien, lastimándolo), me encuentro perdido, aún sabiendo exactamente a dónde voy. Desconcertado, abrumado y tal vez asustado, admiro desde mi posición, como los autos van de aquí para allá, a toda velocidad, casi como huyendo de la tormenta que se avecina. De repente, me doy cuenta de que no hay muchas diferencias entre esos autos y yo. Yo bien podría ser ellos, la tormenta sería el lío en el que se ha convertido mi vida y mi único propósito sería escapar a toda costa, justo como estoy haciéndolo ahora. Pero, finalmente, cuando algunos gotas empiezan a caer sobre mi cabeza, me doy cuenta de que eso no podrá ser posible, de todas maneras la lluvia ha llegado y la velocidad con la que estoy huyendo, ha sido en vano. Me cubro con la capucha de mi suéter y sigo parado, aún cuando la lluvia se vuelve más y más fuerte, las personas a mi al rededor han empezado a correr y a esconderse bajo techos cercanos, otras han abierto sus paraguas y han acelerado el paso, pasando completamente de mí. Me gusta la invisibilidad de mi persona. 

Tres largos años han pasado, casi a la misma velocidad que esos autos, en un parpadeo, por poco no me percato de ello. Los cambios habían hecho su trabajo sobre mí y mi vida y ahora todo era totalmente diferente. A veces quisiera regresar a mis primeros días en Daegu, cuando mi viejo mejor amigo, Jeon Jungkook, y yo, charlábamos diariamente, sin falta. O al menos me hubiera gustado que aún fuera así. Un año después de irme de Busan, nuestra comunicación se volvió fría y monótona, él ya tenía otros intereses, y claramente yo no era uno de ellos. Aún me siento como un tonto por haber creído que la distancia iba a acrecentar éste sentimiento y que todo iría de maravilla con él. 

La realidad es otra, Taehyung. 

Como un mantra, recito eso todos los días, como si fuera vital recordármelo. 

Mi teléfono vibrando dentro de mi bolsillo derecho me da un golpe contra la realidad y por fin noto que estoy empapado y el sonido de la música me molesta. Saco el aparato y con la otra mano lo cubro para ver mejor y evitar que se moje. 


EunHee

Te has ido. Otra vez. No me esperaste.

16:49

¿Todo bien? 

16:49


Se me escapa un pesado suspiro, cargado de culpa.

 Min EunHee, mi novia desde hace dos años. La verdad, es que esa etiqueta es sólo para que ella no se sienta mal, porque yo la veo más como mi mejor amiga. La conocí en mi primer día de escuela en Daegu y desde entonces nos hicimos muy cercanos, EunHee es graciosa y comprensiva, también es linda, pero yo no siento lo mismo que ella siente por mí. Quizá en un principio lo intenté. Estaba tan destrozado por haber dejado al amor de mi vida y que poco a poco éste me estuviera dejando a mí de un modo aún más doloroso, me hizo pensar que podría tener algo con ella, ella podría aliviarme, y realmente lo intentó. EunHee sabe que me llegué a enamorar un hombre, EunHee sabe cuánto sufrí por él, EunHee fue a quien llamé tal vez un millón de veces a las tres de la mañana para decirle cuán mal me encontraba, y, EunHee, finalmente, me salvó. Yo creí que me gustaba, pasábamos todo el tiempo juntos, ella era quien me animaba, quien estaba ahí cuidando de mí siempre, la única que se preocupaba realmente por mi bienestar, era como, la luz en mi oscuridad, una luz a la que me aferré y que ahora me estaba quemando. Una noche se lo dije, le pedí ser mi novia, en un intento por huir de mis verdaderos sentimientos. Fue confuso para ambos, los dos creíamos que yo era homosexual. Ella no aceptó esa misma noche, me pidió tiempo; se lo di. Y una semana después aceptó, aunque seguía dudosa, y tenía razón de estarlo. 

Y aquello fue como amarrarme a mí mismo a un futuro miserable.

No porque ella fuera insoportable o quisiera controlar mi vida, si no porque, después de unos meses, yo entendí que no sentía amor por ella, que sólo estaba desesperado y el recuerdo de Jungkook seguía atormentándome. Pero yo era incapaz de decírselo, de dañarla, romperla. Porque nunca me lo había dicho, pero ella estaba perdidamente enamorada de mí y me lo demostraba todos los días. Tan atenta y dulce, seguía cuidando de mí, y yo cada día me sentía más culpable. No podía simplemente ir y decirle que no le amaba, no era capaz, realmente, sigo sin serlo. Aún cuando estoy a punto de irme de la ciudad. No puedo decirle que me voy porque estoy harto de todo, y es difícil, porque ni siquiera he podido abrazarla y agradecerle todo. 


Lo siento, EunHee, te quiero.

16:52


Apagué el teléfono sin esperar una respuesta, aún cuando ella ya estaba escribiéndola. Levanté mi vista y la persona que me hizo esperar por una hora bajo la lluvia por fin había llegado, el auto se estacionó frente a mí, y mi único amigo de Daegu descendió de él vestido completamente de negro, abrió el maletero sin decir una palabra y yo guardé mi equipaje dentro, del mismo modo. Cuando estuvimos dentro del auto, respiré pesadamente, él ya había puesto el auto a andar y de repente su expresión neutra, cambió por una más preocupada.

—¿Estás completamente seguro de lo que vas a hacer, Taehyung? —Su voz resonó por todo el lugar que hasta ese momento había sido rellenado sólo por la música proveniente de la radio.

Asentí, con mi mirada perdida en la autopista.

—¿Has podido despedirte de EunHee? 

Ésta vez sí lo miré a la cara—. No, pero por favor, cuando la veas dile que me perdone y que la quiero y le agradezco mucho.

  —Lo haré, amigo, tú tranquilo —Puso una de sus manos sobre mi hombro y sonrió, me sentí esperanzado con ese gesto.

—Cuídala, Hoseok, por favor. No la dejes sola. Aunque no estoy enamorado como ella lo está, realmente es especial para mí. Ya yo le estoy haciendo mucho daño, encárgate de que nadie más lo haga, ¿sí?

—Tú vete tranquilo, Tae, EunHee estará bien y sé que te entenderá.

Volví mi vista a la autopista y recargué mi cabeza en el asiento.

—Soy tonto por hacer esto —Reí amargamente.

—Tienes razón, sólo los tontos hacen lo que haces.



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friends ➳ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora