Capítulo 24.Scorpius-Mi novia

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Me despierto, más cansado de lo normal, por el simple hecho de que he quedado en verme con Rose a las tres de la mañana.

Voy hacia el vestíbulo con las quejas de los cuadros por el Lumos. Al llegar, Rose me sonríe y me indica que le siga. Entramos al comedor y nos sentamos, uno enfrente del otro, en la mesa de Gryffindor, donde hay preparadas dos tazas de café.

-Me has preguntado que ha pasado, Scor, pero no creo que sea capaz de responder-me mira.

-Su...supongo que lo entiendo-le contesto- Pero, si no quieres hablar... ¿Para qué hemos quedado tan pronto?

-Oh, claro que vamos a hablar, pero no de eso-da un trago a la taza-. Scorpius... exactamente, ¿qué somos?

-Pues...

-Está claro que ya no somos amigos-dice pensativa-, pero exactamente, ¿qué somos?

Miro al café. No lo sé. Y tengo miedo de decírselo. Podría significar el fin de todo aquello por lo que he luchado. De todo aquello que necesito.

-No lo sé-me sincero- y lo comprenderé si te vas diciendo que soy poco maduro para no tomar una decisión así, o cualquier cosa.

-¡NO!-ríe un poco, pero añade más seria- No, claro que no me voy a ir-se levanta y se vuelve a sentar a mi lado- Nunca pienses eso. Es solo que... estaría bien darle un nombre.

Suspiro aliviado y le soy un beso.

-Eligelo tú-le sonrío.

-Pues entonces...-dice fingiendo que piensa- Sí, serás mi novio-me devuelve el beso y reímos.

-No te arrepentirás.

La piel de sus manos va cogiendo un tono rosáceo, que se va difuminando. Apoya la cabeza en mi hombro y suspira.

-Me ha dicho que me advirtió. Que está decepcionado, que no debería salir contigo, que eres mala influencia, que si seguimos juntos se niega a que adopte tu apellido, pero...-se calla.

-Pero, ¿qué?

-Pero que cuando me rompas el corazón y vuelva a casa llorando y maldiciendo a la chica con la que me hayas engañado, él seguirá ahí, para ser el hombro sobre el que llorar y quien me recrimine el "Te lo dije"-suspira y le da un trago a su café.

-Espera... ¿qué? Yo nunca te haría eso, yo...- yo te quiero Rose, debería decir, pero me interrumpe.

-No eres capaz de hacer eso, Scor, te conozco.-se arrodilla mirando hacia mí- Y se lo dije, por eso me fui de la habitación. Luego se quedó Hugo. Me ha dicho que se pasó una hora hasta que entró mamá maldiciéndote, a tu padre y el momento en el que le dijo a una pre-adolescente lo que no debía hacer. Me fui, me di una ducha y hice posible esto.-se señala el pelo, ahora del color habitual, y ríe- Aunque me ha gustado tenerlo morado y azul por un día, creo que ha llegado el momento de ser solo Rose.

-Nunca serás solo Rose. Eres muchísimo más que solo Rose-vuelvo a besarle.

-Scorpius, quiero que vengas un día a cenar a la Madriguera. Como mi novio-ríe tras un rato en silencio.

-No creo que tu familia...

-En realidad, me da igual lo que piense mi familia-dice encogiéndose de hombros- excepto que piensan que soy lesbiana, pero ese es otro tema. A mi me gustas. A Al le gustas. Y a mis primos y mi hermano, excepto Dom. Y eso es lo que me importa. Nada más. Me da igual lo que piense mi padre. O el tuyo.-me besa- Porque me he enamorado de ti. Y es lo único que importa.

-Me encantará-sonrío-, pero explícame lo de que piensan que eres lesbiana.

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-Al fin es domingo-dice Al, al traernos el desayuno a los mismos de anoche.

The New Golden Trio _PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora