Capítulo 50.-

2.5K 97 4
                                    

NOVELA PERVER SI NO TE GUSTA NO LEAS.

***

Sus manos recorrieron el cuerpo femenino. El pulso de __________ se aceleró, la excitación aumento en su cuerpo, gracias a las caricias de Liam. Él la cogió en brazos y la llevó hasta el cuarto de invitados. La tumbó allí, en esa cama matrimonial, perfecta para los dos.


—Voy a hacer que disfrutes… 

Dijo él, quitándose el jersey. _________ pudo ver, por la tenue luz de la lámpara, como los músculos del torso de Liam brillaban, a causa de una ligera capa de sudor. Se notaba que el verano llegaba… y que solo quedaba una semana para que cumpliera la mayoría de edad… sus dieciocho.
Para cuando se dio cuenta, Liam ya estaba desnudo –a penas lo cubría unos estrechos bóxer– El cuerpo de ___________ se estremeció, al sentirlo encima suyo. Sintió como las manos de Liam cubrían sus pechos, como sus pulgares saciaban la tensión de sus pezones, ya duros como piedras. Entrecerró los ojos, observando a Liam, parecida la imagen, aun niño disfrutando de su caramelo. Y aquella lengua cálida que tanto adoraba le envolvió uno de los pezones. Ella gimoteó, arqueándose aún más hacia a él. El brazo de Liam le pasó por la espalda, evitando que _________ volviera a apoyarse encima del colchón. Así parecía que le ofreciera sus pechos en bandeja, tal y como él quería.

—Nada se compara a ti… —dijo Liam, pasando la lengua por entre el valle de los senos de
__________— Eres preciosa… te ves tan apetecible, en este estado.

Quitó su brazo de la espalda de ___________, dejando que se apoyara en la cama, de nuevo. Ella tenía la boca entreabierta, parecía extasiada.

— ¿Qué estado? —Dijo sonriendo e inclinándose hacia a Liam para besarle la barbilla—
—Este mismo… 

Contestó él, metiendo un dedo en el sexo de ___________. Ella reaccionó al instante. Su cuerpo volvió a caer en el colchón. Sus piernas se abrieron más, para dejar a Liam más movilidad. Gimió, sintiendo como él introducía un segundo dedo 

—Así… así te quiero… no dejes de gemir…

Liam se inclinó, y , sin dejar de mover la mano, colocó las piernas de ___________ encima de sus hombros.

—Hace tanto que no me alimento de ti… 

Besó su monte de Venus, perfectamente depilado. 

—Te tengo tantas, tantas ganas…

Sus labios rozaron los suyos vaginales. Liam entrecerró los ojos. Quizás así intensificaba más las sensaciones que él quería volver a sentir. Escuchaba la respiración agitada de ella, y su mirada clavada en él. Y le gustaba. Quitó los dedos de sus entrañas y colocó las manos en sus muslos. La levantó y en un instante __________ sintió como la lengua de Liam estaba ocupando el lugar de donde sus dedos, hacia unos segundos, estaban. Un dulce ‘Ah’ se le escapó de la garganta. Y sus caderas se sacudieron, invitando a Liam a que la torturara, más y más. Y él disfrutaba, comiéndosela. El coño de __________ empezó a palpitar, una ráfaga caliente le recorrió el cuerpo, y la lengua, y la boca, y los dientes de Liam seguían acariciándole el sexo. 
Liam succionó su clítoris, como si tuviera su piruleta preferida en la boca. __________ gritó, ¿de dolor o de placer? Una mezcla de ambos que se hacía exquisitamente erótica. Él sintió como el cuerpo de ___________ se estremecía en sus manos. Las caderas de ella le seguían dando envites en cuanto él calmaba el paso. Nunca era suficiente, y Liam se demoraba para que el orgasmo tardara en llegar… para que fuera intenso, tan intenso… de esos intensos que a __________ le hacían olvidarse hasta de su nombre. Pero se separó de ella. ___________ murmuró alguna queja.

—Te gusta… ¿Eh?

Ella se sonrojó, mordiéndose el labio inferior. No le gustaba, le encantaba, cuando Liam le practicaba sexo oral. Se le daba bien, demasiado bien…

—Cuando me dejas a medias, no… —dijo ella aun estando ruborizada—

Él soltó una ronca carcajada.

—Amo que te sonrojes. —besó su boca, y ella pudo saborear su propio gusto. Las lenguas se entrelazaron, Liam acarició toda su boca y seguido, le mordió el labio. ________ sintió un pequeño tirón, pero le gustó— ¿quieres llegar, ahora?

___________ asintió, arqueando las caderas contra la erección de Liam. Se refregó, en su paquete. Parecía que él iba a estallar de la excitación. Liam gimió.

—No hagas eso.
— ¿Por qué?... quiero que me lo des… —se mordió un labio— Está ahí, aun empaquetado…

Liam se rió. ________ adoraba verlo sonreír.

— ¿Cómo un regalo? —Preguntó él—
—Sí. Y quiero abrirlo… ya…
—Tu aniversario no es dentro de una semana.
— ¿Te acuerdas? —Dijo ________ entreabriendo la boca—
— ¿Cómo no acordarme? —Liam le acarició una mejilla y pasó un dedo por el labio inferior— como me gusta tu boca… dios santo…
— ¿Quieres…?
—No… hoy te toca a ti… disfrutar.
—Podemos hacerlo los dos.
—Sí, y tanto… pero quiero prestarte toda la atención a ti.

Y un camino más de besos por su cuerpo. Y un par de dedos más. Y acompasado de la lengua, de la deliciosa boca que le podía otorgar tanto placer.

—Más… —gimió _________—

Liam se separó de ella, dejando un rastro de saliva en su muslo derecho. Saboreando su gusto, ese sabor que tanto lo excitaba. Una especie de viagra.

— ¿Qué más? —Dijo pausando el movimiento de su mano—
—Ya lo sabes… —dijo ___________ rodeando sus caderas con sus piernas—

A pesar de que aun llevaba el bóxer, Liam sintió lo mojadisima que estaba __________. Gimió de nuevo.

—Dímelo… —susurró en su oído, inclinándose hacia a ella— Quiero oír un comentario guarro de esa boquita de ángel. —Liam le acarició el labio inferior— Venga… haz que se me ponga más dura…

_________ se inclinó hacia su oreja y se la mordió. Y le dijo algo muy bajito, pero él lo escuchó perfectamente… —diálogo censurado… me dio hasta cosa ponerlo… y terminé quitándolo— y Liam no pudo evitar gemir de nuevo.

—Dios… —Liam sonrió— eso ha sido… de lo más… excitante.

__________ estaba ruborizada.

—Quiero mi premio… —mascullo, frotándose de nuevo contra su erección. Liam no pudo
aguantar más— Estoy a punto, a punto… disfruta tú mismo de mi orgasmo… —dijo _________ entrecerrando sus ojos y metiendo las manos dentro del bóxer de Liam—

Se lo bajó y terminó quitándoselo. Y se rozó todo lo que pudo con el pene de él, y a posta, y él maldijo en voz baja, porque estaba empalmadísimo. Y _________ lo colocó en su entrada. Y Liam le echó un último vistazo a su cara mientras la penetraba. Y adoró su expresión de placer, su gemido, el sentir que la llenaba completamente con su máxima rigidez.

— ¿Te gusta? 

Dijo Liam, sudando, moviéndose, tan despacio como podía. ___________ se agarró en su espalda.

— ¡Sí!
—Lo has puesto tu así… está a tope… 

Se centró en un punto y lo frotó. __________ gimió consecutivamente. Cualquiera que lo escuchara juraría que estaban torturando a la chica.

— ¡Dios mío! No… no… pares… dios. ¡Liam!
—Dime… dime… 

Gimió cogiendo sus muslos y clavándose en ella, enfundando su polla hasta el fondo de la vagina de __________.

— ¡Ahhh! —Ella se arqueó— Házmelo… de nuevo…
— ¿El… que? —Gimoteó de nuevo Liam—
—Sabes dónde tocar… 

Gimió __________. Y él de nuevo se centró en ese punto que complacía tanto a __________, dándole lo que quería. Liam la miró extasiado. Ella entreabrió la boca y su cuerpo tubo los siguientes espasmos. Y como su sexo se ceñía a su dura polla, y como su humedad lo recorría todo, y saboreó hasta la última gota del largo orgasmo de __________, y sintió como ella misma hacia que él se corriera, apretándolo, haciendo que eyaculara hasta la última gota de semen. Y la sintió, toda suya, suya, para siempre, suya…
Se despertó. El cuello le dolía, y sentía flojera en el cuerpo. Perfecto, he cogido el catarro del siglo. Tenía la boca seca. Se destapó. Sintió un frío inmenso. Claro, si estaba desnuda. Miró a su lado. Liam le daba la espalda, pero también lo estaba. Se puso rápidamente un pijama de él.
Aun recordaba donde los guardaba. Inspiró, y, aunque tuviera la nariz tapada, sentía su olor… aquel olor que tanto adoraba. Miró el reloj. Las ocho de la mañana. ¿Habían estado durmiendo diecinueve horas seguidas? Por el amor de dios… Bajó los peldaños de la escalera descalza. Los pies, los tenía congelados. Pero ¿y qué? Sonrió. Cuando era pequeña y correteaba por casa descalza, y su madre… Ana… le iba detrás, regañándola.

— ¡Ponte las zapatillas, ________! 
Decía mientras perseguía a una pequeña y adorable niña con los mismos ojos grandes y la misma melena castaña y larga.

—Hazle caso a tu madre. —Decía Katy— Vas a constiparte, cariño.
—No. —respondía ella enseñándole la lengua—

Y entonces, Katherine, la cogía… y le hacía cosquillas. Y su madre le enfundaba unos calcetines enormes, de lana. Y a ella le encantaba sentir ese tacto, cuando tenía los pies fríos… sentir que su madre se preocupaba, que cuando tenía frío, la calentaba.
Unas palabras la sacaron de sus pensamientos. Rápidamente, aparto las imágenes de su infancia de su mente, acompañadas de unas cuantas lagrimas más y escuchó, atenta, la voz de Zayn, que se acercaba. Estaba a punto de darle los buenos días. Pero… la curiosidad mató al gato. Estaba hablando por teléfono. Y ella no hizo otra cosa que sentarse en uno de los peldaños, escondida. Y escuchar.

—De acuerdo, James… —dijo— Voy a pensarlo por un poco más pero… lo más seguro es que si… —pausa— Bueno, la verdad, es que me irán de puta madre unos buenos cambios… —pausa— Si, si ya la tengo medio hecha, pero ya sabes… siempre estoy a tiempo de volver a colocarlo todo… —pausa— ¿El vuelo? Si… si lo miré…

Estaba hablando de un viaje, eso estaba claro. ¿Pero que iba a dar él? Zayn se fue hacia la cocina, y ________ no pudo escuchar mucho más. Se levantó y fue hacia la habitación de Zayn. Sorpresa.
__________ encontró equipaje para más de un mes. Maletas abiertas, ropa por la cama…alguna que otra cosa envuelta en papel de diario. Se adentró en la habitación de Zayn y rodeó la cama.
Se fijó en la mesita de noche. Había un billete de vuelo. Lo cogió y lo miró atenta. Era solo de ida. A Berlín, Alemania. Para dentro de una semana. Los ojos se le aguaron ¿Zayn se iba?

—Hey, preciosa.

La voz de Zayn la sobresalto. Y aquella sonrisa, llamó su atención, como siempre lo solía hacer. Era fantástico. Pero… había algo que no le gustaba. Quizás esa pizca de tristeza.

— ¿Te vas? —murmuró __________, intentando no llorar. Se sentía tan impotente, tan débil—

Mi Querido profesor l.p (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora