La Casa del Acantilado

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Capítulo 22

Capte su indirecta, muy sorprendida.

-Le encantan las hamburguesas del Black Dog con patatas grasientas.

Asentí antes de que un relámpago llamara mi atención desde el otro lado de la ventana. Su luz en encendió el cuelo poco antes de que un trueno abriera todas las compuertas.

Punzie abrió entonces un cajón de la cómoda y sacó un libro de su interior.

Puedes quedarte un rato y leer mientras -comento mientras me ofrece la novela-. Toma te la has ganado. Te confieso que ni creía que te atrevieras... Pero has demostrado tener agallas, Elsa. Y ahora tendré que surtir te de novedades todo este año.

-Te la iré devolviendo a medida que la lea-.

-Te encantará.

Dos horas después, seguía atrapada en en la novela.

Me levante a estirar las piernas y vi que el horizonte había clareado. Aun llovía, pero no con tanta violencia.

Al bajar las escaleras, el Book & Cupos estaba lleno. Observe un rato a Punzie. Parecía feliz mientras mientras le servía a los clientes y habla con ellos.

Le hice un gesto con la maní y salí en dirección a Black Dog.

Al entrar el pub estaba medio vacío. La cara de fastidio de Picth al atender me confirmo que no estaba acostumbrado hacer pedidos a esas horas.

Mientras esperaba en la misma mesa que había compartido con Norte -el marinero- semanas atrás, el tabernero me sirvió una pinta. No quería beber a esa hora, pero tampoco resultar descortés a su invitación.

Media hora después seguí esperando aquel pedido, hasta que al gin me lo trajo en una bolsa de plástico.

Al salir, mis pulmones agradecieron por el aire helado, ya que en aquel lugar huele horrible😷. Había dejado de llover y me propuse llegar a casa de Jim antes de que la lluvia volviera.

Admito que aquellas pinta también me había mareado en el trascurso a la casa de Jim además le prometí no entrar en aquel lugar por mucho tiempo.

Ya en la cima, el aire parecía empañado, en arrastrarme hacia el acantilado.

Desde afuera, aquella casa parecía abandonada. La fechada desgastada por el viento y el salitre, pedía a gritos una mano de pintura es mas carias manos.

Las palabras de Norte al referirse a ella entraron en mi mente: "Un día de estos el viento barrera esas ruinas y a tu amigo en ellas".

Al llamar, la puerta de abrió, y entre sin esperar alguna respuesta .

El aspecto ruinoso del exterior era de mular al interior. Las tablas del suelo se quejaron bajo mis pasos. Aunque reinaba cierto orden.

Me quite el impermeable, el corto y las botas embarradas, y lo deje todo junto a la entrada. El frío se colaba por las ventanas.

Al instante supuse que el alquiler de aquella casa estaría a la altura de su estado, pero, de todos modos, me pregunte de que vivía.

Mientras subía las escaleras, escuche a Jim toser antes de que lograra pronunciar:

-¿Quien anda ahí?

La puerta de su habitación estaba abierta.

-Soy Elsa... -me asume y lo vi tumbado en la cama-. ¿Puedo pasar!

Su cierto era amplio, algo mas acogedor que el salón. Estaba decorado por muebles rústicos y había una enorme alfombra de lana en el suelo. ¿Cómo es posible?

-Ya estas dentro -dijo antes de volver a toser, e intento incorporarse.

-Lo siento -Sonreí-. Punzie me ha dicho que estabas enfermo y eh traído algo de comida.

Me senté en la cama y le toque la frente.

-Estas ardiendo... ¿Ta ha visto un medico?

-Es solo un resfriado -tembló entre diente-. Y en cualquier caso hoy es martes. El medico solo viene los miércoles y con este clima dudo que venga.

-¿Has tomado algún medicamento?

Sintió antes de mirarme con dulzura y tocarme la mejilla con su palma.

-Llevo todo el día delirando, pero si la fiebre produce alusiones como tú, no quiero nada que la calme.


















Hola mis hermosuras, perdón por no actualizar eh estado muy ocupada, pero aquí esta el siguiente capítulo espero les guste.

Bueno enserio espero que les haya gustado. No olviden de votar y comentar. Adiós

Detrás de tu mascara ★Hiccelsa★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora