-Es extraño... Esta sensación...- Pensaba mientras palpaba una clase de cabeza deforme y calva. Esa "cabeza" era suave, fría y tenía una textura fina.
Abrí los ojos para ver lo que estaba tocando y me encontré con un cuarto oscuro. Bueno, más que oscuro era negro, pero no lo suficiente como para comerse la luz de una pequeña lamparita situada en el suelo, justo en medio de la habitación.
A mi derecha, cuando gire la cabeza para ver lo que había a mi alrededor, situado a un extremo de la pared, había un armario de madera grande, con dos puertas, y con un toque de barniz. Una de las dos puertas estaba abierta, dejando ver su interior, aunque no parecía haber nada.
Después, cuando gire la cabeza hacia la izquierda, colgado, en la pared, un espejo cuadrado con los bordes de madera. Los tenía tallados con líneas. Era curioso, porque cuando lo miraba parecía que se alargaba para arriba y abajo.
En último lugar delante de mí, un pequeño ventanuco resplandecía por el destello de la luz, me acerque dejando atrás la cama donde desperté, una cama pequeña, con las sabanas verdes.
-¿cómo? Pero... ¿Cómo podía la cama estar hecha si me acabo de levantar?- me quede sorprendido ante ese hecho.
Oí un ruido proveniente del ventanuco. Me giré, Y en cuándo lo hice, pude ver una cabeza deforme, blanca y sin rostro, que me miraba intensamente, no tenía ojos, pero sentí como me lanzo una mirada punzante por haberle visto.
Volví a la cama, asustado deshice la cama y me metí dentro tapándome entero. Intentando pensar en algo, oí como se abría en ventanuco, me asomé dejando un pequeño hueco, pero lo suficientemente grande como para ver por un ojo. Y vi como aquel ser entraba por el ventanuco.
Un ser de más de dos metros de alto, que tenía que agacharse para entrar en el cuarto.
Se acercó a la cama, y una tras otra, fue quitando las sabanas. Hasta tal punto que me destapo entero. Cuando oí "los muñecos no se deberían mover"
