63. One-Shot

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Esto es algo diferente que añadí a la historia. Así como una sección de "si estuvieras en Hogwarts" también habrá una especial para One-Shots
Incluso pueden pedir alguno de sus personajes favoritos.💗

Ahora si, sigan con la lectura.
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Adiós Freddie

Los Weasleys y el resto de las familias en duelo se reunieron aquella mañana para enterrar a sus almas perdidas en la batalla.

Molly se encontraba sentada al lado de la tumba aún vacía de Fred, llorando desconsoladamente en el pecho de su hijo mayor. A su lado un George, totalmente petrificado, miraba al cajón de su gemelo repitiéndose una y otra vez que en cualquier momento Fred saldría de ese ataúd riéndose por su "muerte". Pero el momento nunca llegó.

Ya casi al momento de enterrar al Weasley, George se acercó hacia el cajón con un aspecto de miseria, los labios tenían un leve color morado, las ojeras rebozaban por abajo de aquellos hermosos ojos, la piel se encontraba más blanca de lo común y apenas se podían distinguir las numerosas pecas. El pelirrojo tocó ligeramente el cajón, se estiró sobre él y susurró donde suponía centímetros más abajo estaría la cara de su hermano:

—Fred, es el momento —dijo entre pequeñas risas. —La broma fue un éxito.

No hubo respuesta.

—Fred...esto... se alarga demasiado... —balbuceó. —Por favor, Fred.

—George —lo llamó una voz a centímetros de su oreja.

—Fred —el pelirrojo se incorporó de golpe como si acabaran de echarle un balde de agua helada en invierno.

—George —balbuceó Ginny, la menor de los Weasley —, Fred... Él ya no está, George.

—No. No. ¿no ves que es una broma? —respondió, algo dentro de George no quería aceptar lo que su hermana decía. —Vamos, Fred, esto ya no es gracioso, hermano.

—George —Volvió a decir Ginny.

—No, Ginny. Fred, por favor, somos hermanos. ¿Recuerdas?. Está bien, eres el más atractivo de los dos. Y el deseado de los dos también. Incluso te pagaré los cinco galeones de la apuesta. Pero, por favor. La broma ya acabó.

—El ya no está, Cariño —Le explicó esta vez Molly con la voz quebrada, como la había tenido los últimos días. —Se... él se fue...

En ese momento George recapacitó: Estaba en el funeral de su hermano gemelo. Su cómplice. Su reflejo. Su mejor amigo. Su sostén. Su compañero. La persona en la que más confiaba y con la que compartía secretos. Su compañero de Quidditch. Quien abandonó Hogwarts con él. Con quien abrió la tienda de bromas; Allí estaba lo más importante que George tenía en su vida: Fred, tendido en un ataúd. Sin respiración, sin conciencia, sin un corazón latiendo. Y aún peor, sin una vida llena de risas.

Entonces el pelirrojo recordó todo lo que vivió con su hermano. Por alguna razón, George ya no encontró un motivo en su cabeza para seguir allí, en ese lugar y con esas personas. Las cosas no serían iguales desde aquel día. Algo le faltaba: su corazón. Porque, si bien aún latía, George lo había perdido él día en el que el de Fred se apagó. Después de todo, dicen que los gemelos sienten lo que le pasa al otro... desde ese día, George no volvió a sentir y disfrutar la vida como antes...

Fue allí cuando cayó rendido sobre el ataúd, llorando más de lo que Molly había llorado en aquellos días, o de lo que todos los que apreciaban a Fred habían llorado al enterarse de su muerte. ¿Quien puede entender lo que se siente perder tu motivo para seguir adelante?

Y si, desde aquel día George Weasley no disfruto nada de la misma manera: Ya no tenía a su mejor amigo. Ya no tenía esas típicas peleas de quien era quien en las fotos. Ya nadie lo confundía con otra persona. Ya nadie volvía a ver esas hermosas sonrisas que se hacían en su rostro. Pero sobre todo, ya nadie volvió a conocer al alegre y bromista George Weasley porque la alegría y las bromas se fueron con Fred...

"Desde ese día para George Weasley todos los espejos pasaron a ser el espejo de oesed"

𝑯𝑨𝑹𝑹𝒀 𝑷𝑶𝑻𝑻𝑬𝑹: 𝑰𝑴𝑨𝑮𝑰𝑵𝑨𝑺 𝒀 𝑷𝑹𝑬𝑭𝑬𝑹𝑬𝑵𝑪𝑰𝑨𝑺 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora