Narra Juana:
Ya una semana de ese maravilloso día en el que Manuel me propuso ser su novia. Desde aquel día nos juntábamos a desayunar en un café de aquí cerca, por suerte, Michael no sabía nada de esto.
Todavía no puedo borrar de mi mente el recuerdo de cuando me empujó en el living, fue horrible. Desde ese día comencé a darle más importancia a su plan de no vernos más. Está funcionando, por suerte. Sólo lo vi una vez hace cinco días, me lo cruzaba luego de salir del baño, pero entré rápido a mi habitación.
Ahora me encuentro en el auto de Manuel, yendo juntos a desayunar, como cada día.
Narra Michael:
¿Qué me pasa? Desde el día que la empujé en el living, me invadió una culpa interna. Era tan fuerte que, no pude pedirle perdón, no podía verla. Ese día que me la crucé en el baño tuve que bajar la vista de la vergüenza que me daba lo que le había hecho.
Creo que decidió tomar una medida sería, porque hace una semana que no la veo y, siento que estoy más liberado ahora que tengo sus ojos café lejos de mi. Además, Lusa volvió, lo que me hizo olvidarme de ella. Tiene gripe, por lo que está en la cama con medicamentos, pero es una buena distracción.
Son las nueve y media de la mañana, ella debe estar en la cocina tomando café, bajaré y me quedaré en el living esperando.
Me envuelvo en una bata negra y bajo las escaleras con la esperanza de escuchar su voz o su dulce melodía en el violín. Pero, en cambio de eso y para mi sorpresa, me encuentro con un silencio de biblioteca. Sólo faltaba el grillo para darle dramatismo a la escena.
No puede ser, ahora que lo pienso, que todas las mañanas me despierte a las nueve y media y ella no esté. O ella no está en casa o se quedó muda, nunca investigué ya que, la vergüenza, no me dejaba entrar en la cocina a ver.
Pero ya está, voy a vencer esta vergüenza y voy a entrar. Camino a pasos firmes hacia la cocina rodeando la mesita de café y los sofás.
Y listo, con el poco de dignidad que me quedaba, entro a la cocina. Mis ojos se salen de sus órbitas y no puedo evitar sentirme frustrado. En la cocina estaba, nada más y nada menos que. . .
Nadie, así es, no había nadie. Ni Liz, ni Juana. ¿Dónde se habrán metido?. Recorro el lugar con mi vista y el una nota pegada en la heladera.
"Michael:
Tuve que irme anoche al rededor de las cinco de la mañana. Me llamaron del hospital diciendo que mi hermana estaba muy mal. Tranquilo que dejé viandas en la heladera.
Te quiero mucho. Tu amiga y consejera: Liz."Bueno, por lo menos una de dignó a acusar, sólo falta la otra. La idea de que esté durmiendo se instaló en mi cabeza, por lo que subí las escaleras esperanzado de encontrarla en su cama.
Me paro frente a la puerta de su habitación y giro el picaporte muy lentamente. La habitación estaba en total orden y, lo peor, vacía. Comencé a desesperarme, no estaba aquí ni en la cocina, ¿dónde está?.
-Las cámaras de seguridad- me dije en voz alta- Si salió o entró quedó todo grabado, tengo que correr a ver.
Corro hacia abajo y saco los cd's donde se guardaba la información captada por las cámaras. Los pongo en un reproductor de vídeo y comienzo a ver.
Por ahora todo tranquilo, estoy viendo las grabaciones de las 08: 30 am. Nada interesante. Adelanto unos minutos, las 08:50 am, y aparece ella. Vestía una falda corta color vino y una blusa blanca, complementado con unos zapatos negros taco altos. ¿Dónde va?. Se ve que se sienta en el sofá y teclea en su celular, feliz o quizá ansiosa.
Adelanto unos minutos, 09:01 am y veo que ella se para y camina hacia la puerta. La abre y veo a la persona que tiene loca a Juana: Manuel. ¿Qué hacia Ahí?.
Noto que le susurra algo en el oído, ella mira hacia la escalera y niega sonriendo. Luego el la toma de la cintura y le deja un beso en los labios. Que bronca que me da verlos así, juntos.
Veo como toma su mano y ambos salen de la casa cerrando la puerta.
Tengo que ver más. Saco las grabaciones de los días pasados y veo que todos los días a la misma hora, las 09:00 am, ella abría la puerta y besaba a Manuel, quien la tomaba de la mano para luego irse.
Esto no va a quedar así. Si bien no voy a salir corriendo a buscarla, tampoco voy a quedarme sin hacer nada. Debo pensar en cómo hacerle entender las cosas. Creo que la mejor forma será ignorarla y hablarle cuando ella menos lo espere.
ESTÁS LEYENDO
Adoptada por. . . ¿accidente?
RomanceUna mañana de estas, el amor pasó por delante de mí. No era de la forma que esperaba, tampoco como yo pensaba que sería, sólo sé que desde que llegó, nada volvió a ser igual. DirtyDiana