Daniel Goleman
Inteligencia Emocional
EL DESAFÍO DE ARISTÓTELES 3
PARTE I 7
EL CEREBRO EMOCIONAL 7
1. ¿PARA QUÉ SIRVEN LAS EMOCIONES? 8
2. ANATOMÍA DE UN SECUESTRO EMOCIONAL 14
PARTE II 24
LA NATURALEZA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL 24
3. CUANDO EL LISTO ES TONTO 25
4. CONÓCETE A TI MISMO 34
5. ESCLAVOS DE LA PASIÓN 40
6. LA APTITUD MAESTRA 54
7. LAS RAÍCES DE LA EMPATÍA 65
8. LAS ARTES SOCIALES 74
PARTE III 84
INTELIGENCIA EMOCIONAL APLICADA 84
9. ENEMIGOS ÍNTIMOS 85
10. EJECUTIVOS CON CORAZÓN 97
11. LA MENTE Y LA MEDICINA 106
PARTE IV 119
UNA PUERTA ABIERTA A LA OPORTUNIDAD 119
12. EL CRISOL FAMILIAR 120
13. TRAUMA Y REEDUCACIÓN EMOCIONAL 127
14. EL TEMPERAMENTO NO ES EL DESTINO 136
PARTE V 144
LA ALFABETIZACIÓN EMOCIONAL 144
15. EL COSTE DEL ANALFABETISMO EMOCIONAL 145
16. LA ESCOLARIZACIÓN DE LAS EMOCIONES 163
APÉNDICE A ¿QUÉ ES LA EMOCIÓN? 180
APÉNDICE B PARTICULARIDADES DE LA MENTE EMOCIONAL 182
APÉNDICE C LOS CIRCUITOS NEURALES DEL MIEDO 186
APÉNDICE D EL CONSORCIO W.T. GRANT LOS COMPONENTES ACTIVOS DE LOS PROGRAMAS DE PREVENCIÓN 188
APÉNDICE E EL CURRICULUM DE SELF SCIENCE 189
APÉNDICE F APRENDIZAJE SOCIAL Y EMOCIONAL: RESULTADOS 190
NOTAS 193
EL DESAFÍO DE ARISTÓTELES
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Aristóteles, Ética a Nicómaco.
Era una bochornosa tarde de agosto en la ciudad de Nueva York. Uno de esos días asfixiantes que hacen que la gente se sienta nerviosa y malhumorada. En el camino de regreso a mi hotel, tomé un autobús en la avenida Madison y, apenas subí al vehículo, me impresionó la cálida bienvenida del conductor, un hombre de raza negra de mediana edad en cuyo rostro se esbozaba una sonrisa entusiasta, que me obsequió con un amistoso «¡Hola! ¿Cómo está?», un saludo con el que recibía a todos los viajeros que subían al autobús mientras éste iba serpenteando por entre el denso tráfico del centro de la ciudad. Pero, aunque todos los pasajeros eran recibidos con idéntica amabilidad, el sofocante clima del día parecía afectarles hasta el punto de que muy pocos le devolvían el saludo.