Mi último adiós.

        Ya no hay marcha atrás, no me queda nada que decir, pero aún hay muchas cosas que me gustaría oír.

        Hay tantas preguntas que saturan mi cabeza, hay tantas dudas que perpetuamente acechan.

        Te miro a la distancia y sólo puedo pensar ¿Por qué te rendiste tan rápido? ¿Por qué no lo volviste intentar? ¿Por qué dejaste pasar tu oportunidad?

        Quizás ya no me quieres en tu vida, quizás te hago un favor, quizás todo mejore sí simplemente me voy.

        ¿Alguna vez me amaste? ¿Algo llegaste a sentir? ¿Alguna vez confiaste en lo que sentía por ti?

        Sé que no me creías cuando decía que te amaba, se que tu me mentías cuando en ella pensabas.

        Realmente me creí enamorada.

        Me creí tus palabras, me creí tus promesas y ahora no me creo lo ingenua que era.

        Pero ahora que todo ya se acabó, dime la verdad, ¿sentiste amor?

        ¿Por mí? ¿Por ella? ¿Por ambas? ¿Por nadie?

        Para cuándo leas esta carta yo ya no estaré, me voy lejos y sabes bien que no volveré.

        Me voy con mis dudas, también con mis besos, me voy y te dejo nuestro baúl de recuerdos.

        Puedes quedártelos sí quieres, claro está, o los puedes desechar y olvidarte de mi sin más.

        Te quise y te quiero es la verdad, me hubiera gustado descubrir si sentía algo más...

        No te quito más tiempo, esto ya acabo, este fue, mi último adiós.

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Escrito bajo los efectos de una crisis de ansiedad neurótica.