Touch My Soul (Is It Love?Peter)[TERMINADA]

LIENZO 18

La mirada inyectada en sangre de Nicolae hacía palidecerme e intentar esconderme bajo las sábanas para huir de su ira. Estaba segura de que él sabía lo mío con Peter; no era necesario leerle la mente para llegar a esa conclusión.

Él se acercó rápidamente a donde yo estaba y tiró de mi brazo para llevarme hasta la cama y sentarme de golpe; en aquel momento daba tanto miedo que no podía reconocer ni una brizna de su simpatía o de su dulzura.

—Me has decepcionado tanto, Alice; pensaba que eras diferente y pura. Una chica lista que sabe hacerse respetar—Su voz me estaba haciendo daño; demasiado profunda a pesar que apenas susurraba.

Mis palabras se atascaban en mi garganta, sin cesar de temblar ante su presencia. A él no le importaba mi estado, siguiendo con su tortura.

—No...no entiendo Nicolae, no hice nada malo...

Él me tumbó en el colchón y sujetó mis brazos con sus manos, inmovilizándome. Su cara estaba peligrosamente cerca:

—Pensaba que me darías una oportunidad. Te he admirado durante tanto tiempo, me he permitido ver a otra mujer desde que mi Sienna murió. Te abrí las puertas de mi casa y de mi corazón y aún así, lo preferiste a él.

No comprendía sus celos, me pilló completamente desprevenida el saber que Nicolae tenía sentimientos más profundos por mí de lo que yo pensaba.

Me daba enorme pesar el rechazarlo, pero no podía hacer otra cosa por él que no fuera más allá de una amistad.

Intenté hablarle eligiendo cuidadosamente las palabras para evitar que su ira creciera aún más hasta que fuera incontrolable. Me alejé ligeramente de él y comencé a hablarle.

—Nicolae, no puedo sentir por ti más que un profundo afecto. Lo siento mucho pero solo te veo como mi hermano mayor; como mi verdadero hermano, como el hermano que debí tener y no tuve—Le dije con lágrimas en los ojos.

Un leve temblequeo me dio la oportunidad de salir de la cama y alejarme a una de las esquinas de mi habitación. El cuerpo de Nicolae se contorsionó sobre el colchón, sollozando como un animal herido con la cabeza escondida en mi almohada.

—¿Por qué la vida me tortura así? ¿Porque me pone la más delicada y deliciosa de las bellezas y no puede ser para mí?—Me dijo Nicolae mientras acariciaba el colchón sin dirigirme una sola mirada.

Me estremecí con una ola helada, no podía evitar pensar en aquella noche que mi hermano intentó propasarse conmigo.

De golpe, él se irguió y fue corriendo hasta mí, tomándome de la muñeca con una fuerza inusitada para un humano, pero completamente normal para una criatura de la noche como él. El rostro de Nicolae estaba contraído por el dolor y mi muñeca comenzaba a doler bajo sus tibios dedos. Sus ojos rojos eran cada vez más profundos y sus colmillos sobresalían entre sus labios entreabiertos. Su aspecto amenazante no me auguraba un final precisamente bueno; podía sentir que él era en aquel momento, una bomba de relojería donde el autocontrol ya no existía.