The Happy Hangover

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Aunque la cama me parece enorme al despertar, tengo a Brendon pegado haciéndome la cuchara. Me muevo un poco, pero noto su respiración rítmica en la espalda. Miro un poco por todas partes sin moverme, no quiero despertarlo.  

 Mi cabeza procesa lentamente todo lo que pasó ayer: una canción que saldrá dentro de poco y será un éxito; conociendo a Brendon y su talento, lo será. Y lo que todavía me cuesta asimilar, habla de mí y de nuestra relación. 

Me siento rara. Nunca he querido ser famosa, pero es una mochila que Brendon lleva encima y si le quiero, tengo que aceptarlo. No estoy acostumbrada a que la gente pueda saber de mí con sólo entrar en internet. 

También me siento rara por que... es todo tan... perfecto. No discutimos, parece que sabe todo lo que quiero... ¿En qué estaría pensando Sarah para engañarle con otro tío? Sarah. Una punzada. Un mal presentimiento y un pensamiento tonto. No nos ha molestado. Salvo por sus cajas y el divorcio. Molestias. Las notas. Mi mente conecta. Mi respiración se acelera cuando recuerdo la sorpresa desagradable que es pensar si tendré notas o sobres, como la última que recibí. Una semana en Maldivas y lo había olvidado. Sigo firme en no decirle nada, tiene más preocupaciones que una fan loca que me manda notas. 

Mi boca se empieza a secar y el brazo a peso muerto de Brendon rodeándome la cintura me empieza a molestar , así que decido levantarme. 

Salgo de la cama con la máxima discreción. Voy de puntillas,hasta la cocina, descalza y en ropa interior. Me sirvo un vaso de agua que vacío en pocos tragos. Busco la cámara, miro un rato las fotos apoyada en la cocina y me envío algunas a mi móvil. 

Oigo un ruido de puerta. Será la del baño, Brendon se ha despertado. Vuelvo a llenarme el vaso mientras le espero. No sé si lo sabe, pero le espero por si acaso. 

Aparece por la cocina sin camiseta y en calzoncillos, se pasa la mano por el pelo y por su cara, parece que le haya pasado un camión por encima. Tiene esa expresión gruñona que siempre me hace sonreír, con los ojos medio cerrados y con sus labios haciendo un puchero. 

Le miro con ternura pero él empieza a remover cajones buscando algo. 

-Dejé el tabaco y el papel por aquí ayer...- se lamenta. 

Levanta la cabeza y parece darse cuenta que no me ha dado un beso de buenos días, ya que casi se me tira encima para darme a penas un beso corto. 

Por su desesperación por el tabaco sonrío al acordarme de que ayer, después del jacuzzi, en vez de acabar buscando una cama, Brendon decidió que la noche no acabaría después del polvo. Se quiso liar un cigarrillo con algo más que tabaco en el sofá doble junto a la ventana y acabé fumando con él.  

El humo del cigarrillo nos acabó despertando a los dos y acabamos haciendo una broma teléfonica muy patética a Zack, que nos pilló enseguida. Tres cigarrillos después, le acabé enseñando canciones de flamenco y canciones en catalán cuando no llorábamos de la risa. No sé con qué me reí más, si con Brendon intentando imitar a Estopa o pronunciando catalán como si fuera japonés. Me da la sensación que exageraba algunas cosas sólo por verme reír. 

Mi novio se sirve un vaso de agua como el mío y me mira otra vez con la misma cara.

-¿A estas alturas de la vida tienes resaca Urie?-comento divertida, mirándole.

-Espérate un año a que te empiecen a afectar las resacas. 

-Tengo dolor de cabeza ahora ya, no creas. 

-Nos vienen a buscar en un par de horas, habrá que irse vistiendo.- susurra cansado.

-Eh-voy a abrazarle- gracias por una noche, unas vacaciones y todo tan fantástico. 

-No, aquí la fantástica eres tú- susurra contra mi cabello. 

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¡Siento el capítulo cortísimo! Mi semana se resume en trabajar y mudanza, prometo hacer capítulos más largos!

Victorious (Brendon Urie y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora