Capítulo 1 "Miradas"

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Desperté, sabía que eventualmente tendría que hacerlo, pero no aliviaba mi martirio.

- Venus, cariño, despierta, no puedes seguir llegando tarde, ya tienes demasiados reportes- Escuché decir a mi madre a través de la puerta.

- Sí, mami, estoy despierta, buenos días.

- Buenos días, ve a vestirte.

Me desperecé y salí de la cama en dirección al baño, para poder ducharme, otro rutinario día en la vida de Venus Bishop, salí de la ducha veinte minutos después y me puse el horrible uniforme que tenía que utilizar para mi pretencioso colegio religioso pagado, odiaba las faldas y su incómoda apertura, había tenido ya varios vergonzosos problemas.

Salí de mi habitación y fui al comedor donde encontré a mi madre preparando aquel batido de desagradable sabor y dudosa procedencia.

- ¿Qué tiene esta vez? ¿Banana?

- Puede que sea uno de los ingredientes, sí.

Sonreí y besé su mejilla, bebí el batido sin pensarlo dos veces, sintiendo cómo el líquido se deslizaba con su textura pastosa.

- Este no estuvo tan mal, ¿eh? 

- Cada día mejoro, y a tu padre le encanta- guiñó un ojo y contoneó su cadera de forma extraña, me reí de forma estrepitosa y negué con la cabeza y me quejé por los datos innecesarios otorgados, amaba a mis padres más que a nada en el mundo, en especial a mi madre, ella era mi razón de ser.

- Qué risa tan fea tienes, hermanita- Theo entró al comedor, se acercó a mamá, la saludó y luego besó mi cabello.

- Gracias, por lo menos sabes que me río y no tienes que adivinar si me atoré o tengo un ataque epiléptico, como tú.- Le saqué la lengua.

- Oh, por favor, cállate, no es tan malo- Dijo de forma graciosa, mamá puso el batido frente a su asiento y él hizo una mueca de desagrado- sigo dudando que sea legal, mamá- Ella lo miró de forma acusatoria y sin pensarlo dos veces bebió el batido, de la misma forma en la que yo lo hice- No estuvo tan mal, aunque su textura..

- ¡Pensé exactamente lo mismo!- le dije medio riéndome.

- ¡Oigan! Dejen de hablar así de mis batidos, llamaré a su padre, ¡Richaaaard!- gritó alargando la "A".

Papá entró corriendo al comedor.

- ¿Qué sucede?

- Tus hijos me están ofendiendo.

- Son también tuyos, Alex- profirió mirando hacia mi madre, luego volteó a vernos de forma cansada- Chicos, su madre prepara los mejores licuados, déjenla.

- Está bien, mamá, lo sentimos- dijo Theo mientras mi madre sonreía satisfecha y mi padre miraba la escena de forma divertida, no importa cuántas veces suceda, siempre nos divertía.

- Tienen diez minutos para acabar con su desayuno o llegarán tarde, avísenme cuando ya estén listos- dijo mamá mientras subía a arreglarse para su trabajo, mientras que Theo y yo comíamos con prisa todo lo que podíamos, íbamos a llegar tarde, de nuevo, lo presentía.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora