Hola, aqui os traigo el siguiente capitulo... en este la historia dara un giro a toda la historia... asi que nada mas, disfrutenlo y no duden en dejar sus comentarios.
Nos dirigimos a la ciudad de París, los amigos de mi padre nos esperaban sentados en un banco de una plaza, mi padre cuando llego a ellos les abrazo y lo mismo con mi madre, cuando nos vieron a mi y a Mason nos dieron la mano y se presentaron.
Después de terminar con los saludos, nos conducieron a nuestra nueva casa, mi padre les había pedido que la compraran y el luego les devolvía el dinero, sus amigos se llamaban Albert y Benoit, supe que eran dos Lobos Negros.
Cuando llegamos a la casa, nos quedamos impresionados, era una casa grande de tres pisos, estaba echa de mármol y la entrada era de dos columnas y en medio de ellas unas escaleritas que daban al porche. Cuando entramos nos quedamos mas sorprendidos aun, nada mas entrar, al frente había una escalera junto a la pared derecha para ir al segundo piso, al lado de ella había un pasillo que llevaba a la cocina, a la izquierda estaba el salón, en el que había un sofá grande al frente de la chimenea.
-Muchas gracias chicos.- dijo mi padre a los dos dandoles una bolsa de dinero.
-Bienvenido a París John... disfrutar de vuestra casa.- dijo Benoit.
Cuando se fueron mi madre le pregunto a mi padre como había podido pagar todo esto, el dijo que su padre tenía una gran suma de dinero europeo y había sido capaz de pagarlo bien, subimos a el piso de arriba, había un pasillo a la derecha que llevaba a 5 habitaciones y a la izquierda el comienzo de otras escaleras que daban a la última planta, volvimos a subir las escaleras y solo había una puerta, fui el primero en entrar y vi que era una gran habitación, no había nada en ella.
-Aquí te entrenaremos.- dijo mi padre a mis espaldas.
Volvimos a bajar a por las maletas y cada uno escogió una habitación, dejé la maleta en la cama, esta era de matrimonio y al lado había una mesita de noche y de esta estaba la ventana.
Me tumbé en la cama mirando el techo, mi vida real empezaba, mi padre dijo que vendrían algunos Lobos Negros de Nueva Orleans para ayudarnos a matar vampiros, después de Nueva Orleans, París era el segundo lugar donde mas vampiros acudían, mi padre decía que era buen lugar para controlarme.
El día fue tranquilo, mi familia ya se habían instalado en nuestro nuevo hogar y habíamos comido algo, yo dormí un poco, estaba cansado del viaje, mi padre me dijo que mañana mismo empezaría a enseñarme, estaba deseando que empezará, mas que nada para dejar mis instintos de lobo a un lado.
Al día siguiente mi padre me despertó a las siete de la mañana, me levanté de la cama torpemente, estaba muerto de sueño, subimos al piso de arriba, estaba lleno de velas suficientes para que se viera bien toda la habitación.
-Bien hijo, vamos a empezar, ¿estas preparado?.- me pregunto.
Asentí con la cabeza, se apoyo en una mesa que había en el final de la habitación.
-Bien... trata de sacar tu furia.- ordeno.
Le mire extrañado.
-¿Como?.- pregunte.
Suspiro y se despego de la mesa.
-Cierra los ojos... quiero que te concentres en todo lo que te diga.- dijo.
Volví a asentir y cerré los ojos, notaba como iba andando en círculos alrededor mía mientras hablaba.
-Estas en el campo con tu madre, estáis recogiendo manzanas para la cena de esta noche.-