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Vale:

Me había quedado dormida y cuando desperté había alguien a mi lado y la cama estaba desordenada.

-Buenos días.- susurró mientras me hacia cariño en el pelo.

-¿Que pasó?- pregunté un poco asustá.

-Nada.- respondió el Seba a mi lado.

-No, espera, quiero decir si tiramos.-fina siempre, ah.

-No, bueno casi, pero estabas cansada y te quedaste dormida.- tenía una cara de querer dormir este hueón.

-Menos mal.- susurré.

En volá, a veces, (siempre), me vuelvo un poco loca.

Se levantó y me dí cuenta de que solo tenía puesto un buzo, mi mirada empezó a bajar y...

-Sé que me estai viendo el poto.- dijo ronco y yo me cagué de risa. Se dió vuelta pa mirarme.-No sabía que las minas también veían el trasero.- tomó la toalla que estaba arriba de la cama.

-Si supierai las hueás que vemos y hablamos, no diriai lo mismo.- dije saliendo de la cama.

-No quiero saberlo, pero me lo imagino.- a pesar de que estaba cagao de sueño y de las heridas que tenía, sonreía.-¿Querí bañarte?- preguntó abriendo la puerta del baño.

Sí, contigo.

Mente culiá.

-Ah, sí.- entre rápido al baño, pero tuve que volver a salir porque no había elegido la ropa.

Luego de como media hora, estabamos en la cocina intentando ver que podíamos desayunar.

-¿A que hora entramos?- buscaba algo en el refri, algún yogurt o algo.

-A las 8, pero tranqui.- me calmó porque yo me altero rápido con la hueá de la hora.-¿Queri comer algo?- prendió la cocina pa' calentar la tetera.

Sí, a tí.

Basta mente culiá.

Diria que mi mente es la caliente, no yo.

-No, me voy a comer este yogurt nomás.- ya estaba como por la mitá del yogurt y me pregunta el hueón.

Nos apuramos más que la cresta en llegar a la U, pero el tráfico de las calles de Santiago son el mismo infierno.

Cuando llegamos, nos bajamos del auto y el hueón, antes de que nos alejaramos del auto, dijo algo.

-Estoy seguro, que nos harán la hueá del mechoneo y pa' ser más fácil la pega...- se agachó y ví que dejaba plata detrás del neumatico.-Demás los hueones nos piden cierta cantidad de plata.- se paró y se limpió los pantalones.

El hueón inteligente, aprendan cabras.

-¿Cuánto dejaste?- ya estabamos ingresando a la U y me sentía bien hueona porque estaba nerviosa.

-Como quince lucas.- se guardó la billetera en el bolsillo trasero.

Un cabro nos detuvo, tenía pinta de zorrón y en la mano llevaba una Redbull.

-Hola perritos.- sí es zorrón.-¿Son nuevos?- preguntó. Tenía una cara de volao, su cara se me hacia familiar, pero no sabía quien era.

-Sí, somos nuevos, ¿por?- le contestó el Sebita.

-Síganme.- seguimos al cabro zorrón por unos pasillos, escuchaba a gente hablar pero no veía a nadie. Llegamos a una sala grande y el cabro abrió la puerta dejando ver a muchos hueones y hueonas ahí.-Dejen todo lo que tengan.- no entendíamos nada, pero hicimos caso.

¿Me enganché de un mateo? [CHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora