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He decidido que en algunos capítulos os dejaré arriba una canción que ame absolutamente. El grupo que os he puesto hoy es Gorillaz y es mi favorito sin ninguna duda, y esa mi canción favorita de la banda. ¡Ojalá os guste!

Capítulo súper romántico, por cierto :3 ¡¡Disfrutad!!


**Un día más tarde**

     Logramos escapar de los barcos de la marina que nos perseguían de manera insistente hacía ya varias semanas. Me había dado ya tres duchas desde ayer, pero no había forma de quitarse el sudor de encima; el calor era sofocante y, cuando llegaban las noches, resultaba un alivio. La temperatura se mitigaba, e incluso a veces bajaba hasta los quince grados celsius.

Veinticuatro horas antes estábamos huyendo de numerosos navíos y doy gracias a que se me ocurrió la imprudente idea de participar en el coliseo. De no ser por las saetas de fuego, habríamos tenido que luchar irremediablemente. Agradecí de corazón estar tan loca; al menos en ese preciso momento.

-Oye, Ao-Pinguin rompió el silencio que había en el ambiente mientras almorzábamos todos en la cocina, sentados alrededor de la mesa rectangular-, tengo curiosidad; ¿cómo funcionan esas flechas? Con todo el lío que hemos tenido después de salir echando leches no pude preguntar.

-La verdad es que yo también quiero saberlo-Bepo mordisqueaba una simple manzana.

Apenas nos quedaban reservas de comida; no tuvimos tiempo de abastecernos y la siguiente isla se encontraba a cinco días navegando a velocidad media. No sabíamos como lo haríamos para repartirnos siquiera el agua.

-Bueno-Suspiré agobiada por la situación. Sin embargo, todos se estaban esforzando en mantener el ánimo a flote, así que yo también debía trabajar ese aspecto-, la punta está impregnada con un material inflamable que prende al mínimo contacto.

Todos me miraban con los ojos muy abiertos y me percaté de que habían dejado de masticar para escuchar con atención. El capitán también mantenía sus ojos clavados sobre mi.

-Y el extremo de estas está unido por una fina cuerda a una pequeña lámina que explota cuando el fuego de la punta la alcanza-Sonreí al ver las caras de asombro de mis compañeros.

No esperaba que les iba a gustar tanto la función de las saetas.

-Igualmente, lo de ayer fue mucha casualidad-Añadí.

-¡Ya, claro, siempre igual!-Penguin dio un golpe en la mesa-¡Me da mucha rabia tu falsa modestia!

-¡Qué no es modestia!-Le señalé con el tenedor, frunciendo el ceño.

-Venga, hasta luego-El pingüino parecía airado; la falta de comida estaba haciendo estragos de verdad- Acabas de relentizar una flota entera de...

-¡Pero me quieres dejar acabar, cabezón!-Le interrumpí alzando un poco la voz.

Su respuesta fue guardar silencio.

-Las saetas de fuego no detonan así de bestia-Di una pinchada al bol con dos piezas de fruta que tenía frente a mi- Probablemente le diese a algún barril lleno de combustible.

Me llevé un trozo de kiwi a la boca y prácticamente lo engullí del hambre que sentía.

-¿Me dejarías probarlas?-Preguntó Shachi esperanzado, juntando las manos a modo de súplica.

-Claro.

Se le iluminaron los ojos ante mi respuesta, pero de pronto alcé la palma de la mano a la altura de su cara.

Cruce de caminos (Trafalgar Law x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora