Capítulo 2

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El embriagador olor de su perfume entró por mis fosas nasales expandiéndose por el cuerpo cual veneno de viuda negra, aturdiendo mis sentidos como esa sustancia toxica que destruiría todos mis tejidos. Tan solo había una diferencia entre ambas sustancias, mientras la ponzoña te mata esa fragancia me estaba dando la vida, alimentando mis cosquilleos en el estómago y haciéndome perder el sentido de la orientación y el equilibrio. Se me cerraron los ojos de forma involuntaria, juro que fue durante tan solo unas milésimas de segundo pero ella se percató y puso cara de preocupación

-Oye Camila, ¿estás bien? ¿Te ocurre algo? ¿Qué puedo hacer por ti?

-No, no, tranquila, está todo bien. Es solo que estoy un poco cansada – mentí intentando disimular el, cada  vez mayor, rubor de mis mejillas. – Gracias por preocuparte sin ni siquiera conocerme – Intenté salir de allí apresuradamente pero algo, o mejor dicho alguien, me detuvo. Lauren me había cogido del brazo pero no de forma violenta ni autoritaria sino de manera dulce, sin querer asustarme ni molestarme pero también con precaución ante mi reacción.

-¿De veras que estas bien?

-Sé que mi aspecto no debe ser el mejor ahora mismo después de todas las novedades, el bootcamp y tantas emociones pero todo ha pasado ya. – Tenía una mirada dulce, felina y cautivadora. Desee que dejase de mirarse así pero a la vez cada segundo necesitaba perderme más y más en sus ojos.

-Ha sido un día duro la verdad, y algo raro también – dijo mientras se apoyaba en el lavabo. Tiró un poco de mí, haciendo que soltase el picaporte y me quedara plantada en mitad del baño, sin saber a dónde mirar, qué decir o  hacer, quedando completamente desubicada. Todo esto era nuevo para mí y no sé si sabré acostumbrarme a ello. O si querré hacerlo.

-Te vi cuando estabas haciendo la audición. Estaba lejos y no sabía de quién era esa voz pero me encantó, me acerqué a ver a su propietaria y descubrí que eras tú. Pensé que ibas a ser una contrincante bastante difícil pero jamás imaginé que serias mi compañera. Todo esto es como un sueño y no quiero despertarme, solo quiero cantar, saltar, gritar, abrazar a todo el mundo. – No me podía creer que estuviese diciendo todo esto, se me está soltando demasiado la lengua.

-¿Y bailar? ¿No te apetece bailar?

-Eso ya no tanto, me da algo de vergüenza.

-¿Por algo en especial?

-No se me da demasiado bien y no quiero hacer el ridículo delante de la gente y ahora que estamos metidas en esto juntas me da miedo dejaros en ridículo. - Calló durante unos segundos en los que el silencio solo estaba interrumpido por el sonido del agua de las cisternas, detalle que no mitigó que se hiciesen interminables. Seguro que pensaba que era patética o algo por el estilo. – Si ya sé lo que piensas, es un gran problema para todas.

-No, no pensaba eso en absoluto – dijo mientras reía de forma dulce – estaba buscando las palabras para decir esto sin que parezca una ególatra.  A ver, no soy una experta ni nada de eso pero he dado algunas clases y no se me da del todo mal eso de bailar, si quieres estoy dispuesta a ayudarte, de forma totalmente desinteresada claro.

-¿De verdad harías eso por mí? – No podía creer lo que estaba escuchando, simplemente no podía.

-Apenas te conozco y ya te has convertido en compañera y casi en mi hermana ya, cualquier cosa que pueda hacer por ti sería pequeña. – Al decir aquello sentí un pinchazo en mi pecho aunque no comprendía la razón. Por otro lado me encantó que quisiera volcarse conmigo de ese modo, me entraron unas ganas tremendas de abrazarla y así lo hice. Me lancé a sus brazos tan precipitadamente que no tuvo tiempo para reaccionar y con tanta fuerza como para hacerle un poco de daño con el saliente del lavabo.

The X Factor - 240388 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora