Cap 18- Llevan a mi hijo
Leo:
Escuchar como William me suplicaba que fuera por Natalie me puso la piel de gallina. Debía ser muy urgente, para que él, de todos los hombres me lo pidiera.
La llamada se cortó sin que pudiera decir algo más. Sin pensarlo mucho me vestí y me dirigí a su casa. Camino a ella le llamé a algunos hombres en México, para que lo encontrarán y lo ayudarán a escapar.
Por más que me gustaría que se pudriera en esa maldita cárcel, Natalie lo necesitaba ahora más que nunca. Mi amor por ella siempre fué más fuerte que yo y lo más importante para mí era su bienestar.
Estaba por llamar a los hombres que puse a su cuidado, cuando Marcos me interrumpió.
— ¡Se la llevaron! — dijo a la vez que me daba su celular. Inmediatamente supe a quién se refería, su rostro no dejaba pasó a ninguna duda.
— ¿En dónde está Natalie? ¿Quien diablos se la llevó? — pregunté furioso.
— Alberto. Íbamos a tu casa cuando unos hombres se atravesaron en nuestro camino, interrumpiendo el paso y Alberto se la llevó.
— ¿ALBERTO? Eso es imposible, él es su hombre de confianza — no podía creer lo que mis oídos escuchaban, podía dudar de quien fuera, pero de Alberto nunca.
— Al principio creímos que la quería proteger, pero no fue así, la llevó a donde ellos — podía escuchar las balas retumbando por el recibidor.
— ¡En dónde diablos están! — pregunté nervioso. Necesitaba llegar a ellos, ya habría tiempo de terminar con ese traidor.
Manejamos como alma que lleva el diablo, era indescriptible la ansiedad que sentía. La adrenalina corría por mi cuerpo y no podía contenerme más. Cada segundo que pasaba, su vida corría peligro y yo no podía permitir que la lastimarán. Acabaría con esa mujer, eso lo podía jurar.
Llegamos al lugar en donde se llevaba a cabo una batalla sangrienta.
— ¿En dónde está Natalie? — pregunté a uno de mis hombres.
— Se la llevaron unos hombres para allá...
— ¿Alberto? — pregunté, pero él negó con la cabeza — ¿Para dónde? — lo interrumpí.
— No sé, ella se fue corriendo hacia aquella dirección — apuntó hacía su derecha — pero, unos hombres fueron tras ella y se adentraron al bosque.
— Entonces no están lejos, la única salida es por aquí o por aquella carretera — apunté a mi derecha. Natalie sabía que la única salida era hacía la derecha. Este era un lugar adonde nos gustaba visitar de jóvenes. Aquí nos escondíamos de su padre cuando queríamos hacer travesuras.
— Les dió batalla.. se echó a unos dos o tres, pero le dieron un golpe con la culata de la pistola. Creó que traía dolores de parto, porque se doblaba tocando su vientre.
Malditos, pagarían con sangre el dolor que le estában causando. Mi carro estaba blindado, así que me subí a él y arremetí contra todo aquel que se cruzaba en mi camino. Abriendo paso a mis hombres, nos adentramos al bosque.
Una caravana de autos venían del lado opuesto. Debíamos detenerlos, de seguro llevaban a Natalie en alguno de ellos.
— Salieron de aquella cueva — apuntó Marcos. Mi corazón comenzó a latir descontroladamente, allí estaba ella, lo podía sentir. Mi corazón se dividió en dos, por un lado quería ir tras esos carros, pero por otro, algo me decía que fuera al lugar de dónde salieron.
ESTÁS LEYENDO
Enseñame a Olvidar II: volver a nacer
RomanceCuando todos creían que Natalie había muerto en aquel horrible accidente de auto, dios le da una nueva oportunidad. Fue como volver a nacer. Pero ¿Qué sucederá cuando los enemigos se enteren que aún vive? ¿Volverá a ser el blanco de los ataques de...