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Seguía conduciendo sin saber a dónde ir. Había arruinado por completo mi plan, pero lo retomaría. Ya le había dicho a Cornelio como me sentía, así que retomaría mi plan, sin marcha atrás. Lo haría sufrir como el me había hecho sufrir a mi.

Paré el carro cerca de un parque y bajé a tranquilizarme, sentía una gran opresión en mi pecho. Es increíble cómo llegamos a depender tanto de una persona, sin darnos cuenta que en realidad podemos valernos de nosotros mismos.

Mi celular sonaba como loco, no me había dado cuenta que me había pasado el resto de la tarde después de salir de la preparatoria, conduciendo.
Lo tomé y miré que era mi mamá, tomé la llamada enseguida.

Llamada
-Alexis, ¿dónde chingados estás? Me tienes preocupada niña, no contestas el puto celular. ¿Crees que lo tienes de adorno o qué chingado?.-Escuché decir a mi mamá angustiada y enojada por si no lo notaron.
-Estoy bien mamá, necesitaba distraerme.-Dije con la voz ronca de tanto haber llorado.-¿Qué quieres?
-Ven a la casa mi niña, vamos a hablar.-Al parecer se dió cuenta de mi estado de ánimo.
-Luego, adiós.-Dije sin más.
Fin llamada

Sé que no merece que la trate así, siendo que mi coraje solo es con esas dos basuras. Pero no puedo controlar mis reacciones, y eso ha sido un problema siempre.

Mire mi celular y miré que en realidad era bastante tarde, eran las 10:45pm, no había comido y obviamente tampoco había cenado. Y mi estómago rugía por comida. Me apresure a llegar a casa, me encantaba como se sentía la velocidad desde adentro de mi carro, me gustaba la velocidad.

Llegué a casa en menos de 15 minutos, bajé del auto y puse seguro a todas las puertas, ese auto había costado dos años de trabajo duro y ardo. Mi Ferrari para mí, era más que solo un auto.

Abrí la puerta de mi casa y miré a mi mamá y a mi papá sentados viendo la televisión en la sala de estar. Mi mamá me escucho entrar y se levantó para hablar.

-¿Dónde estabas Amber Alexis?.-Dijo"enojada".
-No empieces ma, ya estoy aquí. Eso es lo que importa.-Dije irritada, quise caminar pero una mano en mi hombro me lo impidió.
-Amber, sigueme.-Era mi papá.

Caminé suspirando atrás de él, lo seguí y llegamos a la habitación que desde mi existencia nunca se me había permitido entrar. El despacho de mi papá.

-Ahora si me vas a decir qué mierda te pasa. Tú no eras así Amber, ¿Qué tiene así a mi niñita?.-Dijo él.
-No pasa nada papá, estoy bien. Solo estoy creciendo.-Dije intentando no hablar del tema.
-Amber, soy tu papá. Te conozco, ven. Cuéntame.-Dijo señalando una silla frente a su escritorio.

Yo suspiré y caminé para sentarme, lo miré y el me dió una mirada de esas que transmiten confíanza y dicen "Estaré aquí pase lo que pase".

Quise hablar pero el llanto me ganó, como últimamente pasaba.
El me abrazó y me dijo;

-Cuentame mi niña.

Y lo hice, le dije todo lo que últimamente había pasado en mi vida. Y el, me apoyo como siempre lo hacía. Era algo que amaba de mi papá, por más que peleará con él.

-Escucha mi niña, si el dice la verdad.. Volverá a ti, pase lo que pase. Sí te quiere como dice, hará lo posible por volver a tenerte. Pero si no lo hace, déjalo ir amor, ahí no es.-Dijo besando mi cabeza.-Pero ahora, está en tus manos que hacer.

Tomo mi mano y me sacó de ahí, llévandome a mi habitación. Al llegar me dió un beso en la frente y yo me metí a mi cuarto y el se fue al suyo.

Ya lo había decidido, ahora sí.
Ya no me dejaría de nadie, ahora iba a haber un buen cambio de papeles.

Al día siguiente....

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2018 ⏰

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Cambio de papeles •cv•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora