Capitulo 14 - Un Bañito De Mar

395 23 27
                                    

-Narra Dulce-

Regresamos por fin a Cancún luego de terminar de grabar todas las escenas que para mí han sido bastante difíciles, me la he pasado mareada aunque algo mejor desde que me dieron la pastilla para los mareos.

Rodrigo: bien chicos de momento esto es todo, tienen la tarde libre.

Dulce: ¿de verdad?

Rodrigo: sí, será hasta la noche que grabaremos la escena de la playa.

Víctor: perfecto, entonces nos vemos allí.

Vamos a bajar del barco pero Rodrigo nos detiene.

Rodrigo: esperen ¿estarán juntos?

Dulce: ¿Cómo que si estaremos juntos?

Rodrigo: sí...

Víctor: Rodrigo vamos a pasear por Cancún, somos compañeros de novela y no tenemos a nadie más aquí, pasearemos como dos buenos amigos.

Nos mira de una forma extraña como si supiera algo pero finalmente asiente.

Rodrigo: de acuerdo tienes razón, discúlpenme y disfruten.

Dulce: gracias, nos vemos en la tarde.

Bajamos del barco y cuando por fin nos alejamos siento como Víctor toma mi mano, acariciándome despacio y me mira, preocupado.

Dulce: estoy bien.

Víctor: vamos a comer algo.

Dulce: ¿ahora? ¿Los dos juntos?

Víctor: sí Dulce, podemos salir a comer, como amigos.

Dulce: pero nosotros somos mucho más que amigos.

Víctor: y eso es maravilloso.

Me río al entenderlo y lo miro negando divertida.

Dulce: está bien, vamos a comer.

Víctor: ya no te preocupes por la prensa, sabes que salgamos o no inventarán cosas.

Dulce: tienes razón, sólo contrólate.

Víctor: prometo mantener las manos quietas.

Dulce: eso espero.

Le doy un beso rápido y cuando camino unos pasos delante de él pego un chillido al sentir como me da una palmada en el trasero.

Dulce: ¡Víctor!

Víctor: pitufina es que me provocas.

Rodeo los ojos riendo y él sólo sonríe alcanzándome para ir hacia uno de los restaurantes cercanos a la playa.

Pasamos un rato de lo más agradable en uno de los restaurantes junto a la playa, comemos delicioso acompañando la comida de una amena y divertida conversación en la que Víctor por supuesto no cumple lo prometido y trata de toquetearme por debajo de la mesa todo el tiempo.

Decidimos regresar a la cabaña para cambiarnos y darme una relajante ducha que termina en un apasionado encuentro cuando Víctor me invade y me secuestra hasta que terminamos haciendo el amor como dos locos.

Ahora salimos de ahí hacia la playa, hablando o más bien yo haciéndolo sola porque parece viejo baboso mirándome descaradamente todo el tiempo desde que me vio con este traje de baño.

Dulce: ¿puedes quitar ya esa cara? Me vas a desgastar.

Víctor: pitufina es que te ves...

Trata de decirlo pero sólo me mira con esos ojos cargados de deseo y sin saber que decir y me río.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora