Capítulo 14. Dami en acción...

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Soo Bin sabía lo que Ji yong pretendía, pero no le importaba. No le importaba nada que no fuera darle lo que él tanto quería. Y lo que quería ella también.



El sonido de una puerta al abrirse fue seguido de un absoluto y sobrecogedor silencio. Las manos y los labios de Ji yong se detuvieron al escuchar aquel sonido... al igual que el corazón de Soo Bin. Si no hubiera tenido los ojos cerrados, los habría cerrado en aquel preciso momento.



Al abrirlos, vio a Dami en el umbral contemplando la escena que se estaba desarrollando ante ella. Estaba muy elegante con sus pantalones de seda azul pálido y su camisola color crema. Se había recogido el cabello corto en un estilo algo severo que destacaba sus perfectos rasgos. Al fin dijo en el tono más ácido y frío posible:


-Detesto tener que interrumpir, hermano querido, pero mamá ya se estaba preguntando por qué no entrabas de una vez. ¿Tengo que decirle que todavía te retrasarás un poquito más?



Soo Bin habría querido morirse en aquel preciso instante. Avergonzada y estremecida, se bajó la falda del vestido mientras se apartaba del coche.


-No seas tan hipócrita, Dami - se encaró Ji yong con su hermana - Yo te he visto a ti en situaciones peores. Como llevaba toda la semana sin ver a Soo Bin, esto ha sido algo perfectamente natural. Perdona, cariño - se dirigió a la todavía temblorosa Soo Bin, sonriendo y deslizando un brazo por su cintura - Adelante, Dami. Te seguimos.



-Pero, con ese aspecto, Soo Bin no puede reunirse con nuestros padres - protestó Dami antes de que Ji yong diera un solo paso.



-¿Con qué aspecto? Está preciosa - respondió contrariado.



-¡En el cuello tiene la marca de un mordisco del tamaño de Corea! - contesto Dami molesta.



Ruborizada, Soo Bin levantó una mano para taparse la marca ofensora.



-Mmmm - Ji yong la examinó con atención



- ¿Llevas algo de maquillaje? - preguntó él con tono suave.



-Solo una barra de labios... está en el auto - respondió Soo Bin avergonzada.



-No creo que la necesites - se acercó a Soo Bin y le acarició la mejilla.



Lo siento - susurró él, mirándola compungido.



-Oh, por el amor de Dios... tengo maquillaje en mi habitación, así que podríamos disimularlo bien - le propuso Dami, impaciente - Soo Bin, ven conmigo. Ji yong, déjate de arrumacos y ve al salón. Papá está sometiendo al pobre Seo-jun a un verdadero interrogatorio, y mamá está empezando a ponerse nerviosa.

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